Luzu despertó para encontrarse con los dedos de Auron sobre su mejilla, acariciándole con parsimonia, sonreía, y lo miraba bajo sus pestañas.
- Hola, mi niño... - susurra, estaba recostado sobre su costado, y Luzu bocabajo, con el cabello castaño cubriéndole la frente.
- Hola, Auroncito. - saluda, y se gira para recostarse mirándolo de frente. - Vamos a cambiarnos, o llegaremos tarde.
- No, Luzu, quedémonos hoy aquí... - pide, pero el mayor niega quedamente.
- Sino vamos a la escuela, mi madre va a dejar de confiar en ti.
El menor lo mira, frunciendo el ceño, y gimotea en voz baja, sabía que tenia razón, así que cuando Luzu levanta de la cama para ponerse la ropa interior, Auron lo imita, desde el otro lado de la cama.
- Yo... - murmura Luzu, volviendo a sentarse en el borde de la cama, el menor se gira para mirarlo. - lo siento...
- ¿Sentirlo? ¿Por qué? - inquiere Auron, mirándolo con ceño fruncido y Luzu se encoge de hombros.
- A veces soy muy inseguro, - dice, luciendo avergonzado. - y yo... a veces siento celos de que estés con Lolito tanto tiempo. Sé que no debería, lo sé, - apresura en cuanto mira la expresión de Auron. - pero... yo solo lo siento...
- Bueno... - susurra el menor. - no sabía que te sentías así, mi niño. - extiende la mano y la posa sobre la de su novio, dándole un suave apretón. - Prometo que voy a pasar más tiempo contigo.
(***)
Las semanas pasaron bastante rápido, la relación de Luzu y Auron iba bastante bien, y en general todo iba bien.
Samuel seguía ayudando a Rubén con sus clases, y este iba mejorando sus notas considerablemente, no podía decirse que eran amigos, después de todo esa pequeña enemistad entre ambos seguía allí; pero los dos chicos estaban bien, hasta que un día... ya no.
Era un día frío; helado, más bien. Samuel estaba tan agotado que apenas prestó atención a sus clases, había algo distinto en él aquel día, Luzu no supo reconocer qué.
Las clases nunca habían pasado con tanta lentitud, Samuel agradeció por aquello, lo último que quería hacer era volver a casa. Finalmente la última campaña resonó alrededor de todo el instituto.
- ¿Quieres que te lleve? Me prestaron el auto hoy. - propone Luzu, tomando su morral, Samuel niega quedamente.
- No, tengo que quedarme hoy; es jueves. - responde. - Además, creo que alguien más te espera.
Luzu se gira, para encontrarse con su novio de pie en el marco de la puerta, sonriéndole.
- Nos vemos. - se despide Luzu mientras camina hacia la salida, Samuel se toma su tiempo mientras guarda los cuadernos en su morral, antes de tomarlo y caminar entre los alumnos hasta la biblioteca.
No hay nadie en aquel lugar más que la bibliotecaria, que le sonríe al verlo entrar, y... Rubius, sentado justo en el mismo lugar de siempre, la mesa estaba entre dos inmensos libreros, junto a una pared blanca, era el lugar favorito de Rubén.
- Llegas tarde, quedas despedido. - suelta el peliblanco, sonriéndole, Samuel se fuerza a si mismo a sonreír también.
- Me sorprende que tú hayas llegado temprano. - habla, y el peliblanco hace una mueca en su dirección. - Anda, saca tus apuntes, voy a escribirte algunos ejercicios para que resuelvas mientras hago algo de tarea.
ESTÁS LEYENDO
Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)
FanfictionRubén Doblas era un desastre, siempre lo había sido. Un caso imposible para absolutamente todos los maestros y estudiantes que convivían con él. Así que le asignaron un tutor para que fuese capaz de ayudarlo.