especial: regalo

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- tiempo antes -

navidad

- Dijimos que sin regalos... - se queja el mayor, y Rubén se encoge de hombros quedamente.

- Cálmate, es algo pequeño. - explica, tomando la pequeña bolsa de regalo para dársela al mayor. - Anda, ábrelo.

El pelinegro entorna los ojos, pero hace caso, y mete la mano en la bolsa, tanteando algo suave casi al instante, y tirando de él.

- Es... un lobo... - susurra, mirando el pequeño muñeco en su mano, Rubén asiente.

- De hecho, es un mini tú. - corrige. - Por eso tiene las cejas fruncidas y una bufanda morada.

- Que tontito. - murmura, pero se estira para abrazarlo contra su pecho. - Gracias...

- ¿Ya acabaron su película? - pregunta una voz entrando al salón, y entonces nana hace acto de presencia. - Les traje algo de chocolate caliente.

Ambos chicos le sonríen, agradecidos, desde su posición en el sofá, la mujer les entrega una taza de chocolate a cada uno, y antes de retirarse se queda un instante junto al inmenso árbol de navidad.

- Sam, - llama, y el mayor la mira con confusión cuando la mujer le entrega un paquete. - feliz navidad, cielo.

El chico abre el papel con paciencia, dejando su chocolate de lado un momento, y mira la prenda dentro, una sudadera, con dos orejitas de lobo cosidas en la capucha.

- Yo... no sé qué decir, muchísimas gracias. - se apresura, poniéndose de pie y abrazando a la mujer, quien sonríe, correspondiendo el abrazo.

- Gracias a ti. - responde. - Muchas gracias, en serio.

* * *

- ¡Feliz cumpleaños! - chillaron todos al mismo tiempo, Rubén sonríe, mirando el pastel frente a él.

- Pide un deseo, subnormal. - exclama Mangel desde atrás de la multitud, y Rubén cierra los ojos, antes de soplar las velas.

Las luces vuelven a encenderse, cuando las velas finalmente están apagadas, y la multitud abuchea.

- Muy bien, si alguien quiere pastel, aquí está. - exclama Rubén, levantando las manos. - Ahora, luces fuera que esto sigue siendo una fiesta.

La música se vuelve a encender, y las luces finalmente se apagan, Rubén recibe felicitaciones de varias personas, mientras busca a alguien entre la multitud, se abre paso entre grupos que bailan y personas con tragos en sus manos.

De pronto siente un brazo envolverse en su cintura, y en seguida sonríe, girándose  para envolver los brazos tras el cuello de su novio.

- Feliz cumpleaños, guapo. -  murmura el mayor, acomodando las manos en la cintura del menor.

- Es la décima vez que me lo dices, De Luque. - se queja, pero continúa sonriendo. - Pensé que no vendrías...

- No iba a perderme la oportunidad de ser empujado por adolescentes alcoholizados. - murmura. - Igual solamente vine a dejar tu regalo, bobo, la entrega demoró un poco más de lo que pensaba.

- Ven, busquemos un sitio más tranquilo. - se separa de él, tomando su mano y tirando de él en dirección a las escaleras.

Samuel nunca había subido a esa planta, sus clases normalmente se quedaban en el comedor, y las películas que veían juntos hasta el salón, así que se sentía algo nervioso, pero sigue los pasos de su novio, quien camina con seguridad en dirección al pasillo, y luego hasta una puerta en específico.

Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora