Todo el mundo había salido de la casa, que había quedado hecha un desastre, el peliblanco sube las gradas con pasos cansados, tras haber activado la alarma. Estaba tan cansado que solamente se dejó caer en la cama, su mente empezó a repasar una y otra vez la noche que había tenido, recordó la sensación del balón de baloncesto en sus manos, y la emoción cada vez que encestaba.
Recordó el sabor de la primera cerveza, y también como había bailado con todo el mundo, recordó las palabras de Nieves, que en realidad no habían dolido tanto como se suponía que debían haberle dolido.
Hundió el rostro en la almohada, y recordó a Samuel, comiendo frituras, y recordó los hoyuelos en sus mejillas, y el ceño fruncido cuando se enojó.
Rubén estiró la mano en busca de su teléfono, y tras desbloquearlo, abrió Instagram para buscar a Samuel, y tras una corta indagación lo encontró, casi no tenia fotos suyas, casi no tenía fotos en general.
Tenía muchísimos seguidores, y las fotos que tenía en su feed se basaban en:
Una (muy bonita) foto de sus ojos, un libro con una frase resaltada en la que se leía "La vida era complicada", una foto de una vela en mitad de la oscuridad y luces de bengala estallando en el cielo. Todas subidas alrededor de inicios del mismo año, Rubius miró los comentarios, encontrándose con un centenar de personas halagando sus ojos, y la forma en la que fotografiaba las cosas, no pudo evitar entornar los ojos.
Miró de nuevo el inicio de la cuenta y tocó el botón de "seguir", sintiéndose extrañamente cohibido al instante, dejó el teléfono caer junto a él, y momentos más tarde volvió a sonar, lo tomó, apresurado y miró la pantalla.
"Sam777 ha empezado a seguirte."
Posó ambas manos sobre el pecho, aún con el teléfono entre ellas, y cayó dormido con el vago pensamiento de que Samuel si tenía unos bonitos ojos.
(***)
El teléfono de Samuel vibró sobre la mesa a su lado, mientras las temblorosas manos de su madre le curaban la herida en la ceja, y en el cuello.
Desbloquea el teléfono, y mira la notificación de un nuevo seguidor, había olvidado apagar los datos móviles, mira el perfil del peliblanco y presiona "Seguir también", antes de que su madre le aplique alcohol sobre la herida en la ceja.
- ¿Es una chica? - pregunta con tono divertido la mujer. - ¿Esa chica tan linda de la que me hablaste?
- No, no es ella. - niega, la mujer enarca ambas cejas.
- Ah, vale...
Continuaron hablando de banalidades, la madre de Samuel no iba a preguntarle que había sido esa sonrisita que se le había escapado al ver la pantalla de su teléfono, creyó que lo mejor -al menos por el momento- era no ponerle más preocupaciones sobre los hombros, y si él no había querido decirle el motivo de esa sonrisa, entonces probablemente no querría hablar de ello.
(***)
Fargan entró a la casa, cargando a un dormido Alexby en sus brazos, seguía pensando en lo que había pasado con Samuel en la calle, sus madres seguramente se enterarían y le caería un buen regaño. Suspiró, mirando al chico entre sus brazos, y de pronto se sintió triste, si algo llegaba a pasarle a él no sabría que hacer.
No sabía en que momento se había enamorado de él, o de su mal carácter, solamente había pasado, como cuando miras al cielo y te das cuenta de que casi es la noche, así. Y estaba encantado con eso, no podía negarlo, pero también le aterraba.
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Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)
FanfictionRubén Doblas era un desastre, siempre lo había sido. Un caso imposible para absolutamente todos los maestros y estudiantes que convivían con él. Así que le asignaron un tutor para que fuese capaz de ayudarlo.