Rubén miró al osito de peluche que tenía sujeto por la oreja sobre el contenedor de basura.
- No me mires así. - se queja. - Eres un regalo por lástima, no puedo conservarte. - suspiró, cerrando los ojos un instante. - Lo lamento... - susurra. - pero si te veo a diario, me vas a romper más el corazón... claro que no me rompieron el corazón, el chico que me gusta es~ bueno, quizás si tengo el corazón roto, pero no por eso puedes burlarte... ¿sabes qué? No me gusta tu actitud, pequeño yo, así será más fácil tirarte, adiós.
El pequeño peluche cae dentro de la cesta, quedándose allí unos minutos, antes de que chico vuelva y lo tome entre sus manos. - Ya sabes demasiado, puedes quedarte.
Acomoda el pequeño peluche sobre la almohada en su cama y lo mira con atención, en realidad era bastante tierno; se sienta frente a él, ladeando la cabeza, probablemente debería ponerle un nombre, dado que se iba a quedar un tiempo.
- Coringa... - susurra, y asiente quedamente. - ese es tu nombre, tontito.
El teléfono vibra junto a él, y lo toma, leyendo la barra con las notificaciones:
xfarganx
ponte guapi, y trae tu máscara
vamos a dar un paseo- Callaos un puto mes. - se queja el peliblanco cuya máscara tiene una sonrisa inmensa. - Si nos escuchan estamos jodidos, además... ¿qué hacemos aquí?
- Nada en específico, Fargan estaba aburrido. - responde el otro peliblanco, encogiéndose de hombros, como si no fuese la gran cosa. El mayor de los tres se detiene un momento, tomando su aerosol, y agitándolo.
- Y como me amáis, teníais que venir conmigo. - dice, mientras mueve el pequeño spray sobre las taquillas frente a ellos, dibujando un ojo tan característico de ellos. - Anda, mira que bonito quedó, Rub.
Rubén mira como la pintura se resbala sobre la superficie de las taquillas, apuntando su linterna allí, y asiente. - Nada mal, ¿podemos ir a por una puta pizza?
- Sí, - secunda Willy. - no he comido desde la tarde. Me comí una puta hamburguesa en todo el día.
- Jo, que aburridos... - se queja el mayor, haciendo un puchero. - vamos, nenas, tenéis que llenar la tripa.
* * *
Rubén no encontraba una manera sutil de preguntarle a Guillermo sobre su cita con Samuel, aunque tampoco estaba seguro de querer saber algo al respecto, el susodicho iba sentado en el asiento del copiloto, igual de callado que él mientras Fargan parloteaba sobre algo que en realidad no le interesaba.
- ... y así fue como le salvé el culo de que le robaran hasta los zapatos. - concluye el mayor, sonriendo con orgullo, Rubius asiente quedamente, presionando el teléfono en una mano cuando el celular de Willy suena, y una sonrisa se presiona en sus labios.
- Pero mira nada más a Guille, - murmura Rubius desde su asiento. - sonriendo con mensajitos al móvil... ¿quieres contarnos?
- No. - responde con simpleza, sin dejar de teclear.
- Anda, - secunda Fargan. - cuéntanos, Guille, ¿a quién le estás comiendo el morro ahora?
- No os voy a contar nada, par de ratas, seguro se descojonan. - se queja, bloqueando la pantalla de su móvil.
- Que no, - se queja Rubius. - anda, cuenta.
Fargan le toca las costillas con un dedo un par de veces, y el peliblanco en el asiento del copiloto se remueve, golpeándole la mano. - Ya, dinos.
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Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)
FanfictionRubén Doblas era un desastre, siempre lo había sido. Un caso imposible para absolutamente todos los maestros y estudiantes que convivían con él. Así que le asignaron un tutor para que fuese capaz de ayudarlo.