Willy estaba sentado junto a Samuel, pretendiendo -como la vil rata que era- no entender un tema que incluso Rubén sabía.
- Vaya... - susurra el de ojos mieles, haciendo un puchero, y ambos chicos frente a él lo miran con curiosidad.
- ¿Sucede algo? - inquiere el pelinegro, tratando de no quedarse embelesado en la manera que arrugaba la nariz.
- No recuerdo como resolver esto. - murmura, el pelinegro extiende la mano y toma el cuaderno, el ejercicio estaba completamente errado, desde el principio hasta la parte en la que había llegado.
- Oh, pensé que dominabas este tipo de ejercicios a la perfección. - dice el pelinegro, pero Rubén niega quedamente. - Mira, aquí debes multiplicar la masa molar por el número que presenta el subíndice y~
- Sumarlo todo. - adelanta Willy, mientras resuelve un ejercicio propio en su cuaderno.
- Sí, eso... - murmura el pelinegro, Rubén borra el ejercicio resuelto con lápiz.
- El alumno ya superó al maestro. - se burla el de ojos verdes, Samuel le enseña la lengua.
- Sí, sí, que grande, Guille... - responde el mayor, empujándolo suavemente con el hombro, el susodicho ríe en voz baja.
- ¿Sabes, Guille? - murmura el otro peliblanco, y la mirada de ambos chicos se dirige hasta él. - Me sorprende que estés tomando clases de química cuando eres el mejor del salón...
El otro peliblanco le dedica una mirada tensa, como si le estuviese suplicando que se callara, Samuel baja la mirada hasta su tarea nuevamente y continúa escribiendo. - Bueno, algo de ayuda extra nunca viene de más.
- En eso estoy contigo, - confirma Rubius, bajando la mirada hasta su cuaderno y continuar resolviendo los ejercicios. - y Samuel es quien siempre me ayuda; es entendible que hayas recurrido a él.
Willy no entendía a que venía todo esto, si Rubius sabía que a él le gustaba Samuel entonces por qué...
- Bueno, creo que es hora de que me vaya. - avisa el mayor, cerrando su cuaderno. - Tengo algunas cosas que hacer, ¿podemos continuar el martes?
- Claro. - responden ambos al mismo tiempo, antes de dedicarse una sonrisa demasiado fingida entre sí.
- De acuerdo. - consiente, y se detiene un momento mientras camina. - Oh, se me olvidaba. - le pone la mano sobre la cabeza al menor y le revuelve el cabello blanco a Rubén, quien en cuanto siente la mano del mayor, se queja. - Me la debías, cabezón.
- Pero si serás hijo de pu~
- Eh, eh. - regaña. - Cuidado con esa boquita, Doblas.
- Ya lárgate, tontito. - se queja, apartando su mano de su cabello, los ojos violetas del mayor lo miran un instante, mientras le sonríe.
- Adiós, Samu. - ambos miran a Willy, quien le dedica una sonrisa amplia al mayor.
- Hasta luego. - se despide, moviendo la mano en su dirección, antes de retirarse definitivamente.
- ¿Qué coño haces aquí? - inquiere Rubius, mirando con el ceño fruncido a Willy, aún sentado frente a él.
- ¿Tú puedes decirme que coño fue todo el show que armaste?
- Aunque mi... tutor sea tu jodida nueva conquista, eso no quiere decir que puedas venir a cagarme las clases, subnormal. Tú ni siquiera las necesitas. - se queja, cerrando el cuaderno de un golpe.
- Olvida el tema, Rubén, tenemos cosas más importantes de las que discutir. - habla, entornando los ojos. - Hoy tenemos reunión de la hermandad. - susurra, mirando en todas las direcciones, como si pensara que alguien fuese capaz de espiarlos. - Anda, vámonos, Fargan me está esperando.
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Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)
FanfictionRubén Doblas era un desastre, siempre lo había sido. Un caso imposible para absolutamente todos los maestros y estudiantes que convivían con él. Así que le asignaron un tutor para que fuese capaz de ayudarlo.