Samuel suspiró, e hizo caso omiso a los susurros que llegaban hasta él, estaba harto de oír a todo el instituto todo el día, escuchando rumores y murmullos.
"No sé como es posible que esté saliendo con Rubén Doblas, el tipo es un completo patán."
"Lo sé, y Samuel es tan diferente."
¿"Diferente"? ¿Quien sabía si Samuel era diferente o no? ¿Alguno de ellos había hablado una vez, si quiera, con él?
La situación lo estaba cabreando demasiado rápido, y juraba que la próxima vez que alguien dijera algo sobre él o su novio, empezaría a repartir ostias.
- De Luque - canturrea la voz del peliblanco apareciendo a sus espaldas. - ¿tas enfadado, mi amor?
Siente el peso del menor cuando este se recarga en su espalda, colocando la cabeza sobre su hombro derecho y sonríe. - No, estoy bien.
- Ya, - susurra. - claro que sí.
Todas las personas alrededor los miraban como si fuesen una atracción de feria, pero justo en ese momento no importaba, a Samuel no le importaba nada más mientras estuviese con Rubén.
- Estoy cansado, es todo. - responde con tono suave, Rubius le dedica un beso en la mejilla antes de apartarse de él. - ¿Y tú?
- Yo estoy cansado de los gilipollas en los pasillos que no se callan. - dice, con la suficiente fuerza para que las personas alrededor se callen casi inmediatamente. Samuel contiene una risa, y une su mano a la del menor.
- Lo sé, yo también. - responde, encogiéndose de hombros. - Hoy tengo junta con el consejo, tenemos que hablar sobre el baile; habría que empezar a organizarlo ya...
- Vaya, y yo que pensaba invitarte a una cita por tu día libre. - se queja, el pelinegro sonríe, tomándole la mano.
Rubén presiona la mano, moviendo los dedos para entrelazarlos con los del mayor, jamás iba a ser capaz de superar ese sentimiento de calidez que se extendía desde el tacto de Samuel y a través de todo su cuerpo, se sentía... dichoso.
- Podemos salir por la noche, ¿te parece? Creo que puedo acabar mis tareas antes de las siete.
- ¿A dónde quieres ir? - inquiere.
- ¿A cenar? - pregunta el pelinegro, frunciendo el ceño.
Ninguno sabía muy bien que hacer juntos, querían pasar el tiempo juntos, pero no sabían como.
- ¿El cine? - repone Rubius, y entonces Samuel asiente.
- Claro, y luego quizás... ¿la feria?
- Seguro... - sonríe el menor, y Samuel se estira para plantarle un beso en la mejilla.
- De acuerdo, hablamos luego, voy tarde. - se excusa, antes de alejarse por el pasillo, acomodando la mochila sobre su hombro.
* * *
El disparo retumba por todo el lugar, y la mujer que entra apenas abre los ojos ligeramente, dejando caer el bolso cerca de la entrada.
- ¿Qué haces aquí? - regaña, y el chico con el arma en las manos, se aparta los audífonos de la cabeza con suavidad, para mirar a la mujer de cabello castaño. - ¿Por qué no estás en la escuela, David?
- ¿Importa? - cuestiona, volviendo a colocarse los cascos, y levantando el arma en dirección a los carteles con dianas que se mueven a la distancia.
- Claro que impo~ - el repentino disparo la hace detenerse. - importa. - termina, pero el chico no hace ni siquiera el amago de querer hablar con ella, así que la mujer se acerca y le quita los cascos de la cabeza. - ¿David, qué sucede?
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Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)
FanfictionRubén Doblas era un desastre, siempre lo había sido. Un caso imposible para absolutamente todos los maestros y estudiantes que convivían con él. Así que le asignaron un tutor para que fuese capaz de ayudarlo.