veintinueve: rumores

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Samuel suspiró, e hizo caso omiso a los susurros que llegaban hasta él, estaba harto de oír a todo el instituto todo el día, escuchando rumores y murmullos.

"No sé como es posible que esté saliendo con Rubén Doblas, el tipo es un completo patán."

"Lo sé, y Samuel es tan diferente."

¿"Diferente"? ¿Quien sabía si Samuel era diferente o no? ¿Alguno de ellos había hablado una vez, si quiera, con él?

La situación lo estaba cabreando demasiado rápido, y juraba que la próxima vez que alguien dijera algo sobre él o su novio, empezaría a repartir ostias.

- De Luque - canturrea la voz del peliblanco apareciendo a sus espaldas. - ¿tas enfadado, mi amor?

Siente el peso del menor cuando este se recarga en su espalda, colocando la cabeza sobre su hombro derecho y sonríe. - No, estoy bien.

- Ya, - susurra. - claro que sí.

Todas las  personas alrededor los miraban como si fuesen una atracción de feria, pero justo en ese momento no importaba, a Samuel no le importaba nada más mientras estuviese con Rubén.

- Estoy cansado, es todo. - responde con tono suave, Rubius le dedica un beso en la mejilla antes de apartarse de él. - ¿Y tú?

- Yo estoy cansado de los gilipollas en los pasillos que no se callan. - dice, con la suficiente fuerza para que las personas alrededor se callen casi inmediatamente. Samuel contiene una risa, y une su mano a la del menor.

- Lo sé, yo también. - responde, encogiéndose de hombros. - Hoy tengo junta con el consejo, tenemos que hablar sobre el baile; habría que empezar a organizarlo ya...

- Vaya, y yo que pensaba invitarte a una cita por tu día libre. - se queja, el pelinegro sonríe, tomándole la mano.

Rubén presiona la mano, moviendo los dedos para entrelazarlos con los del mayor, jamás iba a ser capaz de superar ese sentimiento de calidez que se extendía desde el tacto de Samuel y a través de todo su cuerpo, se sentía... dichoso.

- Podemos salir por la noche, ¿te parece? Creo que puedo acabar mis tareas antes de las siete.

- ¿A dónde quieres ir? - inquiere.

- ¿A cenar? - pregunta el pelinegro, frunciendo el ceño.

Ninguno sabía muy bien que hacer juntos, querían pasar el tiempo juntos, pero no sabían como.

- ¿El cine? - repone Rubius, y entonces Samuel asiente.

- Claro, y luego quizás... ¿la feria?

- Seguro... - sonríe el menor, y Samuel se estira para plantarle un beso en la mejilla.

- De acuerdo, hablamos luego, voy tarde. - se excusa, antes de alejarse por el pasillo, acomodando la mochila sobre su hombro.

* * *

El disparo retumba por todo el lugar, y la mujer que entra apenas abre los ojos ligeramente, dejando caer el bolso cerca de la entrada.

- ¿Qué haces aquí? - regaña, y el chico con el arma en las manos, se aparta los audífonos de la cabeza con suavidad, para mirar a la mujer de cabello castaño. - ¿Por qué no estás en la escuela, David?

- ¿Importa? - cuestiona, volviendo a colocarse los cascos, y levantando el arma en dirección a los carteles con dianas  que se mueven a la distancia.

- Claro que impo~ - el repentino disparo la hace detenerse. - importa. - termina, pero el chico no hace ni siquiera el amago de querer hablar con ella, así que la mujer se acerca y le quita los cascos de la cabeza. - ¿David, qué sucede?

Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora