especial: luzuplay

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Luzu entró a la casa dando un portazo, y dejando caer la mochila en el suelo de cerámica con fuerza, una de las mujeres que estaban poniendo platos sobre la mesa levantó la mirada, y miró a su hijo.

- Vaya carácter, Borja. - murmura. - Quita esa carita y ven a ayudarme con esto.

El adolescente camina hasta la cocina, y toma un par de vasos de cristal que descansan dentro de un gabinete, vuelve al comedor, y mira a su madre sonreírle, la mujer era preciosa, tenía el cabello castaño recogido con un pincel, y su ropa estaba manchada de pintura, aunque su rostro ya estuviese manchado con algunas arrugas alrededor de los ojos, o en las esquinas de sus labios, esas que su madre siempre decía que se daban por sonreír. A Luzu le gustaba decir que su madre era un alma libre, porque lo era.

En cambio su padre, él había sido todo lo contrario, era callado y reservado, pero amaba a su familia como nadie podía siquiera imaginar, y ambos habían tenido un amor como el que solo se ve en películas. E incluso ahora, años después de que el padre de Luzu hubiese muerto, por un catastrófico derrame cerebral, su madre lo incluía en sus pinturas, o pequeñas partes de él.

- ¿Qué sucedió? - inquiere la mujer cuando ya se han sentado frente a frente en la mesa, el chico niega con la cabeza. - Borja...

- No es nada, solo estuve discutiendo con Auron. - responde, tomando su vaso y mirando con la bebida se mece en el interior.

- Ya veo... - susurra la mujer. - ¿quieres contarme qué pasó?

- Yo... - cierra los ojos un instante, antes de suspirar. - no, está bien...

- De acuerdo. - consiente su madre, y asiente, se quedó callada un segundo antes de que el chico volviera a hablar.

- Es solo que me enoja que no confíe en mí, ¿sabes? - se queja. - Nunca me dice las cosas y no se supone que debería ser así, ¿verdad? Quiero decir, llevamos siendo parejas casi tres años, lo conozco perfectamente y él a mí, entonces... no lo sé.

- ¿Estás seguro de que eso es todo? - inquiere, y Luzu niega.

- ¿Por qué le cuenta todo a su mejor amiga y no a mí? - murmura y su madre le dedica una sonrisa amena, antes de estirar la mano sobre la mesa para tomar la del joven. - Sé que han estado juntos mucho tiempo, mamá, y lo entiendo, pero... - se encoge de hombros. - me siento tan egoísta por pensar así... debería estar feliz porque está bien y~

- Es comprensible que te sientas así, Borja, sientes que tu propio novio te está dejando de lado, pero... cielo, tienes que entender que él ha hecho todo por si solo durante toda su vida, y la primera persona que le tendió una mano fue ella, es obvio que va a refugiarse con ella. - aconseja, y Luzu quería entenderlo, de verdad que sí, pero esa punzada de celos e inseguridad seguía allí.

Retiró la mano de su madre con suavidad, dedicándole una sonrisa antes de empezar a comer, su madre tenía razón, pero seguía estando herido.

Al día siguiente Auron trató de disculparse con Luzu cuando lo encontró en el pasillo, pero el mayor iba acompañado por Samuel, y rodeado por el comité del baile, así que no se atrevió a acercarse.

El miércoles Luzu tenía varios exámenes, y Auron se detuvo en la puerta de su salón para mirarlo durante el descanso; tenía ojeras, y llevaba puesto un gorro que le aplastaba el cabello contra el rostro, Samuel estaba a su lado, señalando algo en su cuaderno mientras Luzu se quejaba.

El jueves Auron estaba cansado de no tener a su novio, y estaba tan agobiado con el hecho de que no había estado con él que no pudo concentrarse en ni una sola clase, así que decidió que era momento de enmendar su metida de pata; así que tomó su teléfono y buscó en sus contactos a la persona que le ayudaría.

Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora