diez: padres/madres

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Rubius despertó, y enseguida olfateó el aroma a tocino, sonrió quedamente aun envuelto entre sus sábanas antes de levantarse y ponerse una camiseta, la cabeza le dolía apenas, puesto que casi no había bebido la noche anterior.

Bajó las gradas, descalzo, y miró toda la casa impecable. - Nana, - llamó. - ¿crees que pod~? - pero dejó la frase a medias cuando entró al comedor. - ¿Papá? ¿Mamá?

- Rubén, - habló su madre con voz dura. - ¿qué horas son estas para despertar? 

- Yo~ - trató de excusarse el peliblanco, pero entonces su padre lo interrumpió.

- Vi el juego anoche, - suelta mientras el chico se está sentando en su lugar de siempre justo en la mitad, alejado lo suficiente de ambas esquinas. - ¿si quiera te esforzaste? Fuiste un desastre la mitad del tiempo. - una de las empleadas le pone un plato frente a él, que agradece con un susurro. - En cambio el chico Solis estuvo espectacular, como siempre, no me sorprende que le hayan dado la banda de capitán.

- ¿Y tus calificaciones? - inquiere la mujer desde la otra punta de la mesa. - Supe que te habían asignado un tutor, uno de un grado más alto al tuyo.

- Eh... - tartamudea, antes de asentir. - sí, se llam~

- ¿Un tutor? - cuestiona su padre, con ceño fruncido, dejando la taza de café a un lado. - No necesitas un tutor, tus calificaciones están... bien.

- Creo qu~ - empieza nuevamente el peliblanco, pero su madre bufa.

- Si quieres que se mantenga en el equipo de básquetbol entonces el tutor es necesario. - habla, tecleando en su teléfono con rapidez.

- De hech~

- Un tutor. - repite el hombre embutido en el traje, con tono incrédulo. - Tienes que estarme jodiendo...

- Creo que el tutor del joven lo está ayudando mucho. - habla Marisol, llegando hasta el comedor, para servirle jugo a Rubén, quien le sonríe. - Según me ha contado, incluso ha mejorado sus calificaciones.

- "Mejorar"... - repite con mofa el hombre. - claro que sí.

El estómago del peliblanco da una vuelta sobre si mismo, y una arcada le recorre el cuerpo, se empuja hacia atrás en su silla y sale disparado de su lugar en dirección al baño.

- Oh, por amor a todo... - susurra la mujer sentada en la mesa. - No tenemos tiempo para esto, Marisol mira si está bien, tenemos una reunión en menos de media hora y debemos irnos.

La mujer mira a la pareja ponerse de pie y asiente quedamente, tragándose su frustración. - Sí, señora.

(***)

- Me cago en mi puta desgracia... - susurra Alex cuando escucha los incesantes golpes en la puerta de su habitación, la cabeza le dolía horrores, y tuvo que contener la arcada que llegó a él cuando se puso de pie. 

- Alejandro, - se queja su madre del otro lado de la puerta cuando esta es finalmente abierta. - te traje una aspirina, tómala y baja en seguida, tu padre quiere hablar contigo antes de irse.

- ¿Qué? - inquiere, con voz grave. - ¿Por qué?

- No lo sé, pero supongo que tiene algo que ver con David, no dejó de preguntarme cosas sobre él en toda la noche. - y entonces el pequeño finalmente despierta, presiona los labios entre sí y asiente quedamente.

- Bajo enseguida. - susurra, y la mujer desaparece por el pasillo, Alex camina de vuelta a su cama y se sienta, poniendo el vaso de agua sobre la mesita de noche, y abriendo la medicina.

Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora