uno: colisión

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- Él es Samuel. - la mujer hace una suave señal con la mano en dirección al ojimorado, quien hace un leve asentimiento con la cabeza.

- ¿Y a mí me importa porqué...? - pregunta el peliblanco, alternando la mirada entre ambas personas.

- Él será tu tutor. - responde, obviando el tono que usa.

Los ojos avellanas del menor se posan sobre el otro chico en el salón, era apenas un poco más alto que él, y tenía los ojos de un bonito tono morado; pero parecía demasiado estirado, como si no riese en lo absoluto, Rubén se preguntó si en realidad lo haría.

- No necesito un tutor. - termina respondiendo, cruzándose de brazos, la psicóloga se sujeta el puente de la nariz con los dedos.

- Claro que lo necesitas, - Rubén mira al mayor que es quien habla. - revise tus notas y han ido decayen~

- Tu opinión hubiese estado genial si te la hubiera pedido, crack. - interrumpe el peliblanco, guiñando un ojo en su dirección.

Samuel presiona los labios entre sí, no quería lidiar con aquel chico, en verdad que no, pero necesitaba los puntos extra para la beca que pensaba presentar a finales del curso, y no iba a dejar que un niño mimado se los quitara.

- Escuche, no necesito un tutor, en serio que no. Puedo mejorar mis notas yo mismo, no necesito a este paya~

- Me llamo Samuel. - corta el ojimorado, ambos se dedican una mirada seria entre sí.

- Me alegra que se estén llevando bien. - exclama la mujer, dando una suave palmada. - Los dejo para que se pongan de acuerdo en cómo van a ir sus clases.

- ¡No! - se queja el menor, pero cuando quiere continuar hablando, la mujer ya ha salido corriendo del salón.

El ambiente alrededor de ellos es pesado, mientras ambos están de pie ahí, midiéndose con la mirada. Ninguno iba a dar su brazo a torcer, no estaban hechos para eso. Samuel fue el primero en hablar, con tono severo y casi desinteresado.

- Tengo libres los martes y jueves, después de clases, en la biblioteca. - avisa, el peliblanco contiene una risa.

- Ya. - responde con tono burlón. - No voy a ir.

- Sino asistes te van a expulsar, y no es que me importe mucho, pero no creo que a tus padres les guste la idea. - le extiende la mano, sujetando un papelito doblado entre los dedos. - Nos vemos.

El peliblanco mira como Samuel se marcha, con ambas manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

Desdobla la pequeña hoja, para encontrarse con un número de teléfono escrito en el papel y debajo "Samuel De Luque".

- Si quería tu número te lo hubiese pedido, payaso. - susurra, antes de aplastar el papel en su mano hasta que no es más que una bolita tirada en medio del salón vacío.

• • •

- Sino fuera porque necesito esa estúpida beca... - farfulla el ojimorado, mientras continúa escribiendo en su cuaderno. - te lo juro, no le importa tener buenas calificaciones en lo absoluto.

- ¿Y no hay otras formas de que consigas los puntos? - pregunta Luzu desde el asiento delante del ojimorado.

- Bueno, la única actividad extracurricular que no he hecho es ser porrista, y no creo que te guste verme con una minifalda dando piruetas en mitad de la cancha. - Luzuriaga ríe.

- A mí no, pero seguro que a Guillermo sí. - responde, y vuelve a reír cuando Samuel le dedica una mirada seria.

- No vayas a empezar, por favor. - susurra, dejando el cuaderno a un lado, y abriendo otro.

- Solamente digo, el chico prácticamente creó un grupo de admiradores para ti. - insiste, Samuel suspira, mirándolo con el ceño fruncido.

- No es un "grupo de admiradores" son solo chicos y chicas a los que les gusta ayudar en los temas del consejo. - Luzu vuelve a reír en voz baja.

- Ya. - continúa, levanta la mirada de la expresión seria de su amigo, hasta mirar a la puerta. - Auron acaba de llegar, me voy.

- Adiós. - farfulla el ojimorado, sin prestarle atención realmente.

- ¿Quieres algo de la cafetería? - pregunta, pero Samuel niega con la cabeza. - Sam...

- Comí demasiado en el desayuno. - miente, Luzu termina suspirando antes de irse, tomando la mano de su novio.

• • •

- No necesito un tutor, estoy bien por mi cuenta. - repite Rubén, limpiándose la boca con la manga del uniforme.

- Claro que sí, macho. - susurra Alex con tono sarcástico, Mangel les dedica un vistazo a ambos, mientras mastica su hamburguesa lentamente.

- ¿Y el tonito por qué? - pregunta el peliblanco, luciendo ofendido.

- Rubius, todos sabemos que necesitas ese tutor, ¿y qué mejor que el presidente de la comunidad de estudiantes? - Mangel asiente quedamente.

- Jo'er... - farfulla Rubén. - ni siquiera ustedes creen en mí.

- No seas dramático, Rubiuh. - continúa Mangel. - Solamente queremos que te gradúes con nosotros, y tienes que admitir que últimamente no te ha ido de puta madre.

El peliblanco suspira, odiaba admitir que tenían razón, porque así era, pero tampoco era culpa suya el hecho de que todos esos datos le entraran en la cabeza. Él trataba, pero simplemente eso no se le daba bien. Nada se le daba bien...

- De acuerdo, voy a ir. - termina aceptando.

- Anda, anímate, quizás hasta se hagan amigos. - celebra Mangel, Rubén contiene una carcajada.

- Claro, quizás hasta me convierta en su putita. - entonces toda la mesa estalla en carcajadas.

- Rubén Doblas: la putita de Samuel. - dice Alex, extendiendo las manos en el aire, todos continúan riendo a carcajadas, mientras el resto del alumnado los miran.

- ¿Qué mierda les pasa ahora? - pregunta David llegando, se sienta junto a Alex, quien continúa riendo.

- Nada, nada. - responde el más pequeño. - A Rubius le consiguieron un tutor.

- ¿En serio? ¿Quién?

- De Luque. - dice el peliblanco, con tono burlón, el mayor de todos asiente quedamente.

- Ya... es un buen tío, algo serio, pero bueno.

Alex le extiende una uva al mayor, quien se estira y la toma directamente con la boca de los dedos del más pequeño, quien empieza a insultarlo, tratando de no reír.

Rubén y Mangel comparten una mirada, mientras continúan comiendo sin decir nada.

Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora