treinta y seis: kjærlighet del 2

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Rubén mira a sus padres sentados en el comedor, con hojas que tienen cifras y gráficos rodeándolos.

- Buenos días. - saluda, entrando al comedor.

- Du våkner endelig, det er nesten middagstid. (Finalmente despiertas, es casi mediodía.) - dice su padre, mirando la hoja en su mano, el peliblanco entorna los ojos.

- Jeg sov sent. (Dormí tarde.) - se excusa y sus padres lo miran fugazmente antes de continuar mirando su papeleo. - Voy a desayunar con nana.

- Almorzar. - corrige su padre. - Y... queríamos hablarte de este chico que nos presentaste anoche.

- ¿Qué pasa con él? - inquiere, mirándolo con ambas cejas enarcadas.

- Bueno, él es... tú sabes... - se encoge de hombros. - jeg vil ikke at de skal knuse hjertet ditt... (No quisiera que te rompan el corazón...)

- ¿Por qué crees que lo haría? No creas que no sé que puede conseguir a alguien mucho mejor que yo, - dice. - alguien más inteligente o qué luzca mejor.

- Él no es como tú, por si no lo habías notado. - repone su padre, su madre deja de hablar un instante por teléfono para oírlos. - Él es más maduro, creció diferente a ti, y~

- Es un buen chico.

- Los chicos buenos también te pueden romper el corazón. - suelta, Rubén asiente.

- Bueno, es una lástima porque... jeg elsker gutten.

Sus padres lo miran, con expresión sorprendida, mientras él camina hasta la cocina, tam campante como siempre.

* * *

- ... expulsión. - Samuel mira al hombre de pie frente a él, con el nudo en la boca del estómago.

- ¿Qué? - pregunta, tiene la boca seca, mira al chico sentado junto a él, quien también luce igual de desconcertado.

El dinero que habían reunido para el baile había sido robado, el dinero que había estado escondido en el casillero de Samuel.

No había nada, y era lo único que habían tomado, los libros estaban intactos, tal como el resto de sus pertenencias. Samuel y Alex estaban metidos en problemas, el primero por ser el presidente, quien debía guardar el dinero, y Alex porque era quien lo había recogido.

Todo el dinero para el baile de graduación que estaba a tan solo tres meses.

Oh, pero el pelinegro había sido tan tonto, tan tonto e ingenuo como para pensar que nadie se atrevería a tomarlo de allí, ¿quién necesitaba ese dinero? Absolutamente todas las personas de aquel instituto estaban forrados de dinero, todos menos él.

- Señor, no sabemos que es lo que pasó, pero le prometo que vamos a tratar de arreglar~

- Señor De Luque, - corta el hombre sentado del otro lado del escritorio. - lamento decirle esto, pero dada el... comportamiento que ha adoptado este último año, no podemos darnos la oportunidad de confiar en sus palabras.

- ¿Qué comportamiento? - pregunta de inmediato, listo para discutir.

- Su historial impecable de faltas, ha cambiado, ha faltado en reiteradas ocasiones, si mal no recuerdo. - era cierto. - Eso, sumado al... incidente en la piscina con el joven Doblas, y sus continuos retrasos a clases... su palabra no tiene el mismo peso que la que pudo haber tenido a principios de este año. - el silencio reinó en la habitación, y el hombre suspiró pesadamente. - Si el dinero no aparece para mañana por la mañana, lamento decirles que no tendré otra opción que expulsarlos; no podemos permitirnos que esta institución pierda la reputación que la caracteriza.

Highschool cliché • Rubegetta • (HSC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora