Capítulo 38 ________

206 17 0
                                    

—Sin importar lo que dijera, ibas a seguir adelante con tu plan — reflexionó y extendió el brazo para que Rachel entrara. Ella se acercó y se miraron durante unos segundos antes de que él volviera a mirar a Harry—. ¿Cierto?

Harry sonrió irónicamente. —Sí, señor.

Peter asintió y sonrió. —Lo imaginé. Siempre has sido un poco rebelde. Esa estrella en tu hombro. —Le dio una mirada mordaz paternal—. Te uniste al equipo de natación en lugar del fútbol. Te fuiste durante la fiesta de graduación de Liam cuando todo el mundo te esperaba. —Suspiró y se echó a reír sin hacer ruido—. Supongo que todo se resolvió para ti.

—Sí, señor —le susurró Harry y me jaló para besarme la sien—, así es.

Y me encanta ese tatuaje de la estrella.

Me sonrió. —Lo sé.

Entonces pensé en algo mientras miraba la sonrisa de la que nunca quería alejarme. Sólo teníamos dos días hasta la boda.

Dos. Días. Y todavía no había escrito mis votos para él. Ni siquiera tuve tiempo para pensar en ellos y mucho menos poner el bolígrafo en el papel. Siguió sonriendo mientras me dejaba tener mi mini ataque de nervios.

Me volví hacia Rachel. —Gracias por la receta. De hecho, cociné algo comestible por una vez.

Se rió. —De nada. Puedes venir más tarde y si quieres te voy a enseñar un par de cosas. Mi madre era una cocinera excelente. Y Jen lo intenta, pero siempre está muy ocupada con el trabajo y Maria.

—Eso suena muy bien.

Peter sonrió y me preguntó—: ¿Has pensado en lo que vas a hacer para la escuela y demás?

Harry se recostó más, poniendo su tobillo sobre la rodilla mientras se acomodaba de nuevo en el sofá conmigo presionado sus costillas. —Ya te lo dije, papá. Viene conmigo a la escuela este semestre.

—¿Y eso es lo que quieres hacer? —me preguntó Peter—. ¿Quieres ir a la Universidad de Toronto?

—Sí. No pensé que iba a ser capaz de ir a la universidad, así que por ayudarme con eso gracias. Estoy muy agradecida.

—No hay problema. Fue un placer hacerlo. Pero como Harry era reacio a decirme que no quería trabajar conmigo, sólo comprobaba para asegurarme de que esto es lo que deseabas.

—Lo es. Gracias —le dije con sinceridad—. No puedo esperar.

Jen y Bish doblaron la esquina del salón. —¿No puedes esperar para qué?

—La universidad —respondió Peter por mí—. Nuestra _______ empieza a finales del próximo mes

Sonreí. Nuestra _______. Bish también me sonrió y negó con la cabeza. —No todo es tan bueno como dicen, niña.

—¡No seas aguafiestas! —regañé juguetonamente mientras ella se sentaba en el sofá y él se inclinó sobre el respaldo con los brazos—. ¿Qué están haciendo?

Se miraron el uno al otro y luego de nuevo a mí. —Bueno — comenzó.

Bish continuó—: Fuimos a buscar apartamento.

Sentí que Harry se tensaba a mi lado. Y entonces comenzó de nuevo con las matemáticas. ¿Qué diablos le pasaba últimamente? Le di una mirada inquisitiva.

Todo está bien, preciosa. Sólo mantente fuera de mi cabeza.

Sonrió después de su orden. Dios, era tan lindo. Me volví hacia Bish para tratar de averiguar por qué a Harry le importaría que buscaran apartamento cuando él continuó—: Por lo tanto, creemos que hemos encontrado un lugar. Sólo es cuestión de ultimar los detalles.

Y conseguir dos mil jodidos dólares en depósitos.

La cabeza de Jen subió para mirarlo mientras Peter y Rachel hablaban de su primera casa juntos.

Cariño, está bien.

Bueno No, no está bien.

Ya que no puedo comprarte la casa que debería, por lo menos voy a conseguir el depósito por mi cuenta.

Ella suspiró. Si eso es lo que quieres.

Es lo que necesito. Jenna, tengo que ser capaz de cuidar de ti, al menos para mi propia tranquilidad. Mi pecho duele al saber que no puedo darte lo que debo.

Ella tragó saliva. Lo siento. Nunca quise que te sientas

Le tocó la mejilla suavemente y sacudió la cabeza. No es algo por lo que debas disculparte. No cambiaría nada de lo ocurrido. Sólo déjame encargarme de esto, ¿de acuerdo? Entonces mi pecho me dará un descanso.

Ella trató de sonreír. De acuerdo.

Bien. La besó una vez. Se echó hacia atrás justo cuando Peter terminaba y nadie más que Harry y yo lo notamos.

—Así que —Peter dio una palmada—, ¿quién tiene hambre? Vamos todos a Mugly. Yo invito.

—Sí —Harry silbó entre dientes—. Vamos.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora