Capítulo 56 Harry

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Su boca nunca supo mejor.

Me dejó controlarla y no podía parar. La sensación de sus labios, su perfume con olor a flor de cerezo, el agarre de sus dedos en mi camisa.

Ah Obligué a mis labios a dejarla ir y la miré tan pronto como me aparté.

—Aun no te lo he dicho, pero Rayos eres tan hermosa. Y ese vestido es posiblemente la cosa más sexy que haya visto.

—Me alegra que te guste. Me lo puse para ti —dijo y me sonrió—. De nada.

Me reí y presioné mi nariz contra la suya. La respiré.

—Muy bien, ustedes dos —dijo Gran detrás de nosotros—, háganlo más tarde. Sobre todo porque todos nos encontramos aquí de pie esperando a que terminen de besarse. Estoy lista para un poco de pastel.

Nos echamos a reír. Asentí hacia Gran. —Gracias, Gran. Qué manera de mantenerse en la cima de las cosas.

—No seas descarado, muchacho. —Ella sonrió, pasó junto a mi tío para llegar a nosotros mientras todo el mundo se dispersaba. Tomó mis mejillas—. Estás casado —reflexionó. Sus ojos adquirieron ese brillo de cuando las lágrimas se hallaban próximas. Me quedé en estado de shock.

¿Gran lloraba por mí?

—Ah, Gran. —La abracé contra mí. Encajaba debajo de mi barbilla como _______—. No llores, vamos.

—Estás tan crecido. —Se echó hacia atrás—. Todo un hombre, con su propia esposa, casa y vida. Muy pronto, me darás bisnietos y

—Tranquiliza tus caballos, Gran —dije riendo, deteniendo ese tren allí. _______ sonreía, pero su rubor era un claro indicador—. Por ahora, vamos a preocuparnos por el pastel, ¿de acuerdo?

—Buena idea. —Me dio una palmadita en la mejilla y caminó hacia Liam, para darle el mismo discurso que a mí, sus pequeños pies descalzos en la hierba.

Me volví hacia _______. —Primero trata de tener la plática de "No sexo" y ahora es la plática "Bisnietos. La mujer cambia de marchas más rápido que quinta velocidad.

_______ se rió. —Está feliz. Igual que yo.

—Y yo —repetí con un gruñido. Tiré de ella, encontrando sus labios y besándola. Cuando finalmente nos desplazamos al jardín, donde se servía la comida, vi que todas las parejas casadas se demoraban y actualmente hacían un buen uso de la esquina oscura del jardín. Especialmente Jim. Así se hace, señor Masters

_______ golpeó mi brazo y puso los ojos. —Ugh.

—¿Qué? —Me eché a reír.

—Vamos, señor Jacobson. —Tiró de mi brazo mientras caminaba hacia atrás—. Baila conmigo.

—No —dije.

Se sobresaltó antes de escuchar mis pensamientos acerca de mi deseo de darle un regalo. —¿Qué clase de regalo?

—De esta clase. —Tomé la guitarra del tío Max y me senté en la silla que dejó vacante. El patio se encontraba lleno de luces blancas en los árboles, luciendo como estrellas, justo encima de nosotros, pero aparte de eso, no había otras decoraciones. Pensé que era algo hilarante el cómo _______ odiaba ese tipo de cosas. Al igual que mi familia. Encajaba perfectamente.

Se arrodilló en la hierba a mis pies, y me miró como si fuera una estrella de rock. Toqué la canción que escribí, un ritmo lento, constante y pulsante, cantando las palabras en mi mente para que solo _______ escuchara. Las promesas de las que hice una canción.

Eres increíble.

Hoy serás mía en todas las formas, todos los sentidos, cada segundo, pero sé que no importa cuán fuerte te abrazo, nunca será lo suficientemente cerca.

No importa por cuánto tiempo o lo duro o apasionadamente que beso tus labios, nunca quedaré saciado.

Eres mi alma gemela, mi razón para seguir respirando, mi pareja preciosa que cabe en mis brazos y mi vida perfectamente, toda mi vida, mi amor, mi cómplice, mi corazón, mi chica increíble.

Ella ya había llorado demasiado hoy y odiaba ser la razón por la que lo hiciera de nuevo. Pero se acercó y puso sus brazos alrededor de mi cuello, con la guitarra entre nosotros. —Gracias.

—No me des las gracias. —Me recliné y puse la guitarra a un lado mientras me ponía de pie y la jalaba para levantarla—. Te amo.

—Te amo —respondió en un susurro.

La tomé y puse su mano en mi hombro, mientras tomaba la otra en la mía. Con la palma empujando contra la parte baja de su espalda y apretándola contra mí. Mi cuerpo vibraba y me decía que tocara cada parte de piel visible. Traté de no dejar que consumiera mis pensamientos, traté de mantener las manos para mí mismo, pero las descubrí vagando a lo largo de su espalda, acariciando su hombro desnudo y bronceado, vinculando y entrelazando nuestros dedos mientras la piel que tocaba zumbaba con avidez.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora