Daniela pov:
Entro a la mansión recuperando la cordura y limpiando el rastro de lágrimas que quedaba en mi cara.
—¡Verónica! —grito, ella viene corriendo lo más rápido que puede con cara de preocupación.
—Dígame, señora. —Noto sorpresa en su rostro al ver lo exaltada y desecha que estoy.
—¡Comunícame urgente con el inspector Martínez! —le ordeno ofuscada, tirando mi bolso sobre uno de los sofás.
—Sí, señora. ¿Se le ofrece algo más? —La infeliz me mira expectante desde el mismo lugar sin mover un pelo.
—Sí, por qué no traes un poco de té, nos hacemos unas trenzas y de paso compartimos anécdotas de nuestra infancia, ¡¿qué eres estúpida?! ¡Dije urgente!
—Sí, señora. —Se retira prácticamente corriendo y miro como me encuentro escurriendo agua.
Me retiro mi chaleco que está totalmente empapado, tomo el celular de mi bolso y me dispongo a llamar a José, hasta que contesta.
—José, más te vale tener una buena excusa de dónde mierdas estabas. —La preocupación me invade y dejo de medir mis palabras, no deseo pasar por lo mismo nuevamente.
—Discúlpeme, señora Daniela, tuve que atender un asunto urgente en una de las empresas, me informaron sobre un auto sospechoso rondando y me dijeron que era urgente, ya que era el tercer día que lo veían. —Lo escucho agotado, pobre hombre a veces sé la pesadilla de mujer que puedo llegar a ser pero debió avisarme.
—Está bien, entiendo, algo raro está pasando, nosotras también tuvimos problemas con un patán, lo mejor será conseguir más guardaespaldas, encárgate de eso por favor —menciono más calmada y bajando mi tono de voz.
—Señora Daniela, ¿está usted bien? Si algo le pasa le habré fallado a usted y a toda su familia.
—Tranquilo, José, estoy bien, solo encárgate de eso, que sean igual de capacitados a ti y perdona por gritarte, sabes lo mucho que te estimo.
—Sí, señora, muchas gracias, perdóneme usted a mí por no estar a su lado en un momento así, inmediatamente me pongo en eso. —Cuelgo y recibo la llamada del inspector en mi estudio.
una vez termino nuestra conversación Bibiana entra.
—¿Por qué tanto revuelo? Relájate solo fue un idiota armado —pregunta despreocupada mientras se pasea por el lugar.
—Mira, quizás tú no lo sabes porque toda tu vida has estado alejada de todo esto, pero el poder también trae consigo enemigos y lo de hoy no fue normal... O dime. ¿Cuántos idiotas armados en carros blindados se te acercan a diario? Además, también ha habido extraños merodeando en una de las empresas, por eso José hoy no estaba conmigo. —Trato de responderle calmadamente, agradecida por lo que hizo por mí, a pesar de la ironía en sus palabras.
—¿José? ¿Por qué él se encarga de algo así? —pregunta de forma inocente, sé que ha estado fuera por mucho tiempo, pero ella conoce a José... ¿En qué mundo vive?
—José no es solo un chófer, es uno de los mejores guardaespaldas del país como bien sabes y está conmigo desde que intentaron secuestrarme, además se encarga de todo lo referente a seguridad —le respondo guardado compostura.
—¿Intentaron secuestrarte? —cuestiona sorprendida, al parecer sus padres nunca le mencionaron lo sucedido.
—Sí, fue cuando tenía 17 años, pero en ese entonces Carlos, mi antiguo guardaespaldas murió al defenderme, y no pudieron llevarme... Pero en fin, prefiero no hablar del tema. —No deseo traer aquellos recuerdos dolorosos, y no creo que Bibiana sea la persona indicada para compartirlos.
ESTÁS LEYENDO
Bidan: un matrimonio a la fuerza
RomanceDos mujeres destinadas a estar juntas, obligadas a contraer matrimonio por sus familias para mantener su patrimonio. Bibiana, un alma libre y descomplicada, Daniela, una mujer estricta y rigurosa, ambas se odian por ser totalmente opuestas, pero...