IX. Pensamientos indómitos

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Bibiana pov:

No conocía la historia de secuestro de Daniela, a decir verdad, es preocupante, pero ¿quién carajos quisiera encartarse con ella? Me quedo pensando acostada en mi cama hasta que tocan a la puerta.

—Señora, quería preguntarle si necesitaba algo —cuestiona Verónica con cariño en voz, mientras se escabulle en mi cuarto.

—No, verónica, tranquila, estoy bien —respondo sin verla hasta que se acerca hacia mí persuasivamente.

—No me gustaría que algo le pasara —menciona con coquetería acercándose aún más.

—¡Wow! Pues gracias por preocuparte —respondo sorprendida, ella me toma de la mano y me mira como queriendo abrazarme.

—Señora, estoy a su disposición las 24 horas del día, para mí no es problema cuidar de sus sueños o ser parte de alguno. —Por alguna razón sus palabras me molestan, no sé qué le pasa, pero se está excediendo.

—Aaaah, gracias. Verónica, estoy bastante cansada como para sostener conversación, perdona si soy cortante. —Le hago saber cortésmente que deseo que se retire de mi habitación. 

—Bueno... Me retiro, buenas noches. —Suelta mi mano y sale.

Aparentemente se muestra más cortes, más insinuante, me hace sentir un poco acorralada en pensamientos. Sigo sin descifrar el porqué de su conducta.

******

Durante algunos días me enfoqué en organizar el plan de negocios que tanto esperaba Daniela, por supuesto no lo tenía preparado, contacté a cada director de área para que pudiera ayudarme, finalmente llevaba una gran parte de él, fijé la visión que podría tener el resultado, formalicé la misión para conseguirlo, analicé objetivos y establecí estrategias. Estaba entendiendo a profundidad la operación y el sentido de cada decisión, ¡ah! Y por supuesto, avisté al enemigo "Mi esposa", cada día se portada como tarúpida, no entiendo el porqué de su cambio, tal parece que olvidó todo lo que hice por ella... Arriesgué mi vida por defenderla, pero si existe una próxima oportunidad me arrodillo ante los maleantes y les suplico que se la lleven.

Repentinamente, como si la hubiese invocado, entra a mi oficina sin tocar la puerta.

 —Hoy vienen unos empresarios muy respetables, es probable que se conviertan en importantes accionistas de las aerolíneas, ellos asumen que nuestro matrimonio es real, así que espero te comportes a la altura, mis padres también estarán presentes en la reunión... —La escucho atenta, esta mujer me saca de quicio fácilmente... Tan prepotente como siempre.

*****

En la dichosa junta se les ocurre la magnífica idea de comprometernos en un viaje, sería como nuestra luna de miel, me estoy retorciendo por dentro, parezco a un Gollum, solo espero que Daniela no acepte.

—Está bien, mañana estaremos ahí —responde, dejándome impactada por su decisión. 

Me atraganto con mi saliva en ese instante parodiando mi contento... Nos despedimos de todos y Daniela me exige estar en la entrada lista en horas de la mañana... 

Ya es tarde y nunca he estado acostumbrada a mantener con personas atrás mío vigilando cada baldosa que piso, claro, como Daniela ahora quiere parecer la primera ministra con tanta seguridad... Finalmente tengo la ventaja de subir en mi moto y perderlos. No puedo negar que me asusta la idea de un secuestro, pero siempre he sido un alma libre y esta noche no será la excepción.  Aprovecho para ir de compras y exiliarme por una o dos horas del perímetro de la bestia.

Bidan: un matrimonio a la fuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora