XXXI. Disensión

11.2K 752 94
                                    

Bibiana pov:

La pesquisa se transmutaba en un lago cristalino de intenciones y múltiples propósitos por parte de Christobal. La angustia me aceptaba en sus manos; el inspector y varios investigadores se dedicaron a reunir más pruebas que lo puedan enjuiciar y así generar una orden de captura, sin olvidar lo más importante, trabajar arduamente para encontrar con eficacia a Daniela... Y sobre todo en buenas condiciones.

Hoy se cumple el tercer día de desaparecida y mis sentimientos se reprimen al cruzar en la casa por su habitación, a pesar de sus oscuras intenciones con la ama de llaves no la puedo arrancar de mi corazón y mi mente, estoy enamorada como jamás lo había sentido en toda mi vida; en la noche la tristeza musita y mi cuerpo se debilitaba minuto a minuto al no tener noticias.

Es tiempo de contarle a la familia, no queríamos llegar a tal punto con José, guardando la esperanza en que llegara, pero tengo que hacerlo, cité a todos incluyendo a mi madre a la casa muy temprano en la mañana, situándolos en el comedor y en medio de un té con valeriana prosigo...

—Solo les pido que me perdonen por ser hasta hoy que sepan lo que sucede. —Pasando saliva continuo—. Daniela está desaparecida, se presume que se trata nuevamente de un secuestro. —Con palabras pausadas destilando tranquilidad les explico lo sucedido, cosa que no funciona.

—¡Mi bebé! —solloza su madre cubriendo su rostro con una pañoleta.

—¿Cómo es posible? ¡No debiste callarlo, Bibiana! Debo hablar con la policía y saber que pasó. —Con un golpe en la mesa replica su padre intranquilo.

—¡Menos mal no fue mi princesa! —apunta mi madre con un tono de mal gusto queriendo abrazarme, pero freno su acción con un mal gesto en mi cara.

Afortunadamente José está a mi lado, les brindo toda la información que puedan requerir de algún modo ofreciendo serenidad en la atmosfera. Es tan compresible el dolor, Daniela para ellos es todo su universo y sé que en el fondo con retroexcavadora mi madre está preocupada por su bienestar.

La crisis se veía venir, el gran peso laboral que todos llevaríamos iba a ser insostenible, pues Daniela se encargaba de toda una empresa donde a veces decoraba con mi presencia.

—No tengo cabeza para manejar ninguna de las empresas, voy a tener que nombrar a alguien más para que se haga cargo mientras todo se soluciona, debemos estar en contacto minuto a minuto con el inspector, rondaré la ciudad y las afueras con algunos de los escoltas, contrataré investigadores privados, pagaré en las calles por testimonios... —Su padre no termina de hablar y planear cada paso al punto de tener sus manos temblorosas, para lo cual las abrazo paralizando sus nervios y oratoria.

—Bien sabes que tú eres para mí como un padre y sé los esfuerzos que hicieron para poder hallarme... Te prometo por el amor de le tengo a Daniela y a ustedes que no descansaré hasta encontrarla, y voy hundir a ese animal hasta lo más profundo de la fosa. —Apretando su mano prometo lo que hace mucho debí hacer con Christobal.

—Mi niña hermosa, solo quisiera verlas felices, me agobia avistar tantos problemas. —Brotan de sus ojos lágrimas que sensibilizan a todos, ver tan frágil a Gabriel nos desequilibra a los presentes, pues es la única figura sólida y dirigente que queda en la familia.

Secando mis ojos me levanto de la silla y retomo la fuerza que siempre me ha gobernado...

—¡Esta alimaña la va pagar muy caro, me encargaré que hasta en prisión tenga que sufrir, eso se los prometo! Y por la empresa no te preocupes, yo misma me haré cargo, no le daremos el gusto de vernos derrotados y si es necesario contratar a la guardia nacional para encontrarla, ¡lo haremos! —Despidiéndome de forma rápida parto de la casa rumbo a la oficina.

Bidan: un matrimonio a la fuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora