XXV. Pericia herrada

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Bibiana Pov

La noche está diseñada para todo tipo de escenarios, conquistas, diversión, verdades y celos. Isabela no deja anzuelo suelto sin haber puesto su carnada, sus dotes de conquista mediante un muy insignificante coqueteo con su mirada es su "as" bajo la manga, las mujeres durante su juego caen redondas... Siempre me he preguntado desde que la conozco, qué le hace tan fácil seducir y conquistar mujeres, ¡y lo peor! Volverlas locas al punto de aceptar sus infidelidades y sean ellas quien rueguen perdón, es todo un Don juan versión femenina... Por otro lado, Genaro sea cree la diva de la noche, se intenta controlar ante los visos de Christobal, pero estoy casi segura que en poco tiempo y con más tragos en la cabeza se le va a salir la "madona" que lleva dentro.

Christobal por su parte se muestra apático con Genaro, ni lo determina, creo que lo hace parecer una silla más del lugar... Mi objetivo es claro, a lo cual mi protagonista de la noche no muestra destellos de homosexualidad, su atención únicamente está puesta en nosotras con un porcentaje más alto en Daniela, por supuesto. Mi esposa es la más desubicada del sitio, la incomodidad de ver a dos hombres besándose y una lista interminable de cazadoras al acecho y el descaro de mis supuestas amigas es eminente, mi amenaza fue como si las hubiese incitado a conquistarla, no me sorprende de su parte, son mujeres muy liberadas, de alta sociedad, con todo el dinero para pasársela de fiesta en fiesta y sin algún tipo de objetivo claro en su vida, las trato solo porque de alguna manera en mi pasado también había sido objetivo militar, ya conozco muy a fondo sus intenciones y tácticas de conquista.

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Ya casi llega la hora de las revelaciones, acordé con Isabela hablar con Genaro para que aceche a Christobal, no le expresamos con sinceridad lo que teníamos en mente, porque bien o mal es un buen amigo y no quiero que se sienta utilizado por mí. Le indicamos que el galán es viudo, con cara de pocos amigos gay, además que posiblemente fuese muy introvertido a la hora de conocer nuevos amantes y que necesitaba de cierto "empujoncito", él encantado por la tarea que le tocó aceptó sin tapujos, además que después de verlo quedó perplejo y no puso condiciones.

—¡Bueno, Queridos! Estos cócteles ya no son suficientes, voy a ordenar una botella de Metalli Rari para entrar en ambiente y por la cuenta no se preocupen, que yo me encargo de todo. —Les sugiero beber un licor más fuerte y así proporcionar más calor a la noche.

—¡Belleza! Me encanta el lugar, además que tu amigo está de "ututui" —menciona Genaro emocionado mientras bebe el ultimo sorbo de su cóctel, ¡ y Vaya que si toma rápido! Cual peregrino en desierto.

—¡Genaro, concentrado! Ahora es que termines tirado en la acera y sin haber pretendido a Christobal, no querrás causar una mala imagen. —Le advierte Isabela mirándonos en complicidad y preocupada por la gran cantidad de alcohol que está consumiendo nuestro amigo—. Además debes comenzar a seducirlo porque aquí hay más de un gavilán que está presto a caer.

—¡Belleza! Ese hombre en mío todito todo, claro que ni me determina. —Haciendo un puchero con mirada resignado me abraza—. Aunque, Gorda, es que... él es como medio difícil.

Inmediatamente dice eso, Isabela grita a todos para bailar en grupo y sin perder el tiempo ella ya dispone de pareja. Todos compartimos el mismo baile un tanto alejados.

—Amor, noto a Christobal no muy cómodo con Genaro, dile que por favor no lo desnude con la mirada —me ordena Daniela al oído.

—Normal, déjalos que se conozcan, ¿o de verdad estás celosa de qué Christobal caiga en sus redes y te gane la competencia? —Volteo a mirar hacia otro lado haciendo mala cara, no entiendo porque le incomoda tanto que Genaro se acerque a su dichoso amigo.

Bidan: un matrimonio a la fuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora