Daniela pov:
Llegamos a la mansión y bajamos todas las compras, con cuidado saco a Damián del auto y lo llevo en brazos hacia la entrada, dejo sus juguetes a un lado y lo pongo en el suelo para que pueda caminar un poco.
—¡Amor! ¡Amor! ¿Qué te sucede? Te estoy hablando hace rato.
—¿Disculpa? —Dejo mi abrigo en la entrada y centro mi mirada en ella.
—Te preguntaba que cuál película te gustaría ver... ¿Está todo bien? En el camino de regreso no dijiste palabra alguna y te noto bastante distraída, lo cual es inusual en ti. ¿Hay problemas en la empresa? Estás extraña desde que recibiste ese mensaje de texto. —Pone las compras sobre una mesa y se acerca a mí, con sus manos toma mis mejillas y me obliga a mirarla a los ojos esperando una respuesta.
—No... no es nada, no te preocupes, ¿por qué mejor no alimentas a Damián, mientras yo me pongo algo más cómodo? Te espero arriba. —Beso sus labios y sin esperar respuesta procedo a subir las escaleras.
—¡Ve pensando en la película, ¿sí?! —grita desde lejos con entusiasmo.
—¡Sí! —Sonrío ante su ternura, la cual me cautiva cada vez más.
Entro a la habitación, y cierro la puerta recostándome sobre ella, suelto un gran suspiro y el estrés de hace un rato se vuelve a apoderar de mí, meto la mano a mi bolsillo con rapidez buscando mi celular, desbloqueo la pantalla y vuelvo a leer el mensaje, causante de mi malestar.
"Muero por saborear cada centímetro de tu piel... hasta que desgastes mi nombre por tanto placer, y así demostrarte la otra cara de estar con una mujer. Con deseo, Angélica."
—¡Maldita sea! —grito con rabia arrojando el celular contra el colchón de la cama.
¿Qué es lo que pretende esta loca? Primero las flores y ahora esto, pensé que estaba obsesionada por recuperar Bibiana. ¿Cuáles son sus intenciones?... ¡Basta! Voy a ponerle un alto ahora mismo.
Me abalanzo sobre la cama para tomar mi celular y llamar al número del cual recibí el mensaje, suena unos cuantos segundos hasta que contestan.
—Vaya... eso fue más rápido de lo que imaginé, no sabes cuánto me alegra recibir tu llamada.
—No sé qué estás pensando, pero solo te llamo para exigirte que me dejes tranquila, no sé cuáles sean tus intenciones, pero de mí no vas a conseguir absolutamente nada. —Estoy nerviosa con cada palabra que sale de mi boca, pero trato de sonar lo más seria y serena posible.
—¿No sabes? —se burla por un momento y luego prosigue—. Creo que fui bastante especifica en mi mensaje, linda.
—¡Deja de molestarme! Te lo advierto. —Paso la mano por mi cabello con frustración y me levanto de la cama caminando de un lado a otro—. ¿Cómo conseguiste mi número? —pregunto un poco ansiosa, esta mujer me pone los nervios de punta.
—Eso no viene al caso, después de todo eres tú la que me está llamando, ¿no es así? Si no te importara no estaríamos sosteniendo esta conversación... ¿Por qué no solo aceptas que mi mensaje te intrigó? —Escucho como suelta una risa de triunfo con cada palabra—. Sé que no te soy indiferente, acepta que te gusto como mujer, que te atraigo, y que me deseas tanto como yo a ti.
—De... ¡¿de qué estás hablando?! ¡En primer lugar amo a mi esposa, y en segundo lugar no me gustan las mujeres! —grito iracunda buscando desmentir sus afirmaciones.
Una carcajada sonora proveniente de su parte me obliga a separar el celular de mi oreja.
—Permíteme llevarte la contraria. Primero... ¿Acaso Bibiana es un hombre? Toda su anatomía me indica que no, y bien que la llegué a conocer... Creo que la que todavía no se atreve a aceptar su sexualidad, eres tú... No eres más que un pobre corderito asustado. Y segundo, que ames a tu esposa no te hace ciega, ni te quita el derecho a apreciar otras personas. Los seres humanos no estamos hechos para vivir en monogamia, eso solo se lo inventaron conforme fuimos evolucionando como pretexto para formar familias estables. Biológicamente estamos hechos para la poligamia, es decir...
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Bidan: un matrimonio a la fuerza
Storie d'amoreDos mujeres destinadas a estar juntas, obligadas a contraer matrimonio por sus familias para mantener su patrimonio. Bibiana, un alma libre y descomplicada, Daniela, una mujer estricta y rigurosa, ambas se odian por ser totalmente opuestas, pero...