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Fred se encontraba suspirando sobre su cama. No podía creer que había compartido algo de tiempo con su amor, y todo gracias a Foxy, hablando de él, debería llamarlo.

Tomó su móvil el cual por cierto ahora consideraba sagrado gracias a que las huellas digitales del rubio crema estaban en él.
Tenía a su amigo en marcado rápido.

—¿Hola?— contestó. Su voz se escuchaba adormilada. Seguramente estaba tomando una siesta y lo despertó.

—¿Interrumpo, zorrito~?

—No, no, para nada...¿Qué pasó? ¿Qué tal con la rubia esa?

—jsjsj, no le digas así~ — rió levemente por el sobrenombre—. ¡Fue genial! Ajsahsalkjsahd ¡Conseguí su númerooooo!

—¡¿Ah...?! ¿En serio?

—¿Dudas de mis habilidades acaso?

—jejeje, no, no, para nada. Perdone, oh gran señor seducción

—Estás perdonado, vil mortal— respondió Fred con arrogancia, siguiéndole el juego a su amigo.

—Okay, ya

—jsjs, ¿Estás ocupado?

—mmh, no del todo

—porque se me ocurrió que para celebrar podemos continuar con la tarde de videojuegos que dejamos pendiente~

Foxy sonrió.—Me parece bien. Llego en veinte.

—Oka, te espero— y colgó.

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Enredos De Un EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora