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Fred lo había pensado mucho, de hecho, no durmió casi nada en toda la noche, pensando en lo sucedido, y en las palabras de Freddy que habían tendido un gran efecto en él, y no solo eso, sino que, lo último que había hablado con Foxy, lo había perturbado demasiado.

“¿Tú harías eso por mí?¿Me elegirías por encima de él?”

¡¿Cómo se atrevió a poner su calentura por encima del amigo que le había mostrado apoyo incondicional?!

Se sentía un idiota. Sí, se juntaron en la tarde un par de veces, ustedes podrían haber contado más de diez, pero eso no era ni la mitad del tiempo que estos dos solían pasar detrás de la consola, comiendo, y riendo por boberías.
Ahora tenía que remediar la situación de alguna manera, y por eso se encontraba frente a la casa del pelirrojo.

—¡F-Fred!—exclamó Foxy al abrir la puerta—. Hola...

—Hola...—sonrió tenuemente.

—¿A qué debo el honor de tu visita...?—preguntó el pelirrojo con curiosidad, puesto que ver a Fred en su puerta, era como ver a una aparición.

—Ah...pues...

recién empezaba cuando una voz desde dentro de la casa lo interrumpió—. ¡Foxy, date prisa o los zombies llegarán a la base antes que nosotros!

Los ojos de Fred se clavaron en los de su amigo.

—¡¿Estás jugando letal zombie con él?!

—¿Sí...? ¿Qué hay de malo en eso?

—"¿Qué hay de malo en eso?" ¡¿Qué hay de malo en eso?! ¡ese es NUESTRO juego! ¡Creí que teníamos algo especial!

—Solo es un videojuego, Fred—exclamó el pelirrojo, emparejando la puerta, y llevándose a su amigo para que Golden  no escuchara sus berridos— ¿Puedes calmarte? Estás exagerando...como siempre

—¡Ah! ¡Ahora soy un maldito dramático! ¡Todavía que metes a ese, que quién sabe de donde putas salió a nuestra casa, para jugar con el comando que por derecho es MÍO, con nuestro juego favorito y en mi lugar del sofá preferido! ¿Qué más haces mientras no estoy? ¿Comer pudin con él? ¡Eso sería caer muy bajo!

—¡Ya me acabé el pudin y tú no vienes!— volvió a gritar el rubio, que gracias a los auriculares, no escuchaba del todo. Los disparos láser y gruñidos de zombie amortiguaban los gritos de Fred.

El ojiplata negó con la cabeza, mientras miraba de forma reprobatoria a su amigo—. ¡Ya veo que estás muy ocupado! ¡Nos vemos después!— y dicho esto, se dispuso a marchar.

—¡Hey, hey, hey!—le detuvo Foxy—¡Cálmate! ¡¿Qué ocurre?! ¡¿Por qué vienes hasta a acá para armarme una escena de novia tóxica y celosa?!

Fred desvió la mirada. Estaba molesto. Las cosas se salieron de control, pero no esperaba que tuviese "visita".

—¡Olvidalo!—masculló con el entrecejo fruncido, sacándose del agarre.

—¡Agh! ¡Contigo no se puede, Fred! ¡No pichas, ni cachas, ni dejas batear!

—¿Yo? ¡Pues para tu información venía a pedirte disculpas! ¡Pero me di cuenta que no las necesitas, y a mí tampoco! ¡Ya tienes quién te "atienda"!

Enredos De Un EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora