Enredos De Un Enamorado

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Los días pasaban uno tras otro, acortando el tiempo entre el azabache y su enamorado.
Fred había avanzado bastante en su relación con el serio chico de ojos grises. Había formado un fuerte vínculo con él. Gold le demostraba confianza y amistad; todo eso que jamás había sido capaz de darle a nadie más.

Claro, que pasar más tiempo con Gold, significaba pasar menos tiempo con su par de amigos, y quien más lo resentía era Foxy, que era muy apegado a Fred, y que de pronto su único foco de atención se haya tornado el albino, no era algo facil de asimilar.

—¡Hey, rojito!—exclamaba Fred, mientras se acercaba a su amigo de ojos ámbar.

—Fred

—Oye, calma, sé que te enloquezco muñeco, pero no hagas tanta bulla con mi presencia—alardeó. Foxy sonrió de lado—. No, pero ya hablando en serio, ¿Cómo quedamos para el viernes: tu casa o mi casa? Te pregunto porque así me da tiempo de pensar en qué bocadillos llevar y..

—En realidad, Fred...ya tengo planes...

—¿Perdón...?—rió levemente— No escuché bien

—Tengo cosas que hacer

—¡¿Qué?! ¡¿Estás hablando en serio?!

—Sí

—¡¿Pero cómo pasó?! ¡¿Por qué??

—Pues...hace semanas que ya no hacemos nuestro ritual de "tarde de videojuegos"...nunca llegaste, o las pospusiste, o estabas ocupado haciendo de Romeo...así que pensé que esta semana sería igual...

—Pero...¿No puedes hacer lo que vayas a hacer después...? —rió nerviosamente, tratando de convencerlo. Foxy lo miró de reojo, mientras guardaba los cuadernos en el loquer.

—¿Tú harías eso por mí?—soltó—¿Me elegirías por encima de él?

La expresión en el rostro del azabache era indescriptible. No pudo ni responder.

Foxy sonrió irónico—. Ahí tienes tu respuesta.

—¡Foxy!—exclamaba alegre el rubio del que se había hecho muy amigo; llegando donde ellos—. ¿Nos vamos...?—preguntó, mirando de soslayo al chico que lo acompañaba.

—Sí...—respondió el pelirrojo—. Adiós, Fred.

El azabache se quedó ahí parado a mitad del pasillo, observando a su amigo alejarse.