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—¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón— decía Foxy con enorme arrepentimiento a un Fred que se retorcía de dolor en el piso cubriendo con ambas manos su rostro.

—carajo— masculló incorporándose en el piso; quitando las manos de su rostro dejando ver el terrible moretón que tenía en la mejilla— ugh, antes no me rompiste el labio— suspiró admirándose en la pantalla del móvil (la vieja confiable cuando no tienes espejo)— aunque la sangre le hubiese dado un buen toque. Los pequeños detalles son los que cuentan.

—¡Estás loco!— exclamó Foxy al borde de la histeria.

—Quizá— se puso de pie con algo de dificultad, ya que aún seguía aturdido y guardó el celular en el bolsillo trasero del pantalón— Pero es lo que le da sabor a la vida— sonrió ladino y arrogante—. Ahora sí me disculpan — menciono encaminandose a la enfermería a paso lento. El golpe le había afectado hasta la columna.

—¿Ese es tu amigo?— preguntó Bonnie; juguetón.

—Y tuyo también, si lo quieres— respondió de igual manera el pelirrojo.

Enredos De Un EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora