—¿Listo?— preguntó Fred, cuando lo vio acercarse a la banca a tomar agua.—Sí— respondió jadeante.— solo dejame ducharme, estoy demasiado sudado.
—C-Claro— sonrió el azabache.
En efecto. El desgaste físico de ese deporte tan demandante, no era cualquier cosa y para alguien tan exigente como Gold, lo era aún más.
Fred estaba totalmente embobado, la camiseta se le pegaba al cuerpo y no dejaba nada a la imaginación. Ese cuerpo tan varonil que se cargaba; fruto del acondicionamiento físico que realizaba, desde ir a correr todas las mañanas hasta las arduas e intensas horas en el gimnasio; parecía una obra de arte tallada por los mismos ángeles.
—Fred....Fred— llamaba inútil mente, pasando una mano frente a sus ojos.
—¡Q-Qué!
—Que ya podemos irnos
—¡¿Ya?!— cuando enfocó la vista, lo vio cambiado: aseado y vestido.
—Sí, hace buen rato que me fui...te dije...¿No me escuchaste?
Fred negó apenado. Se la había pasado babeando todo el rato, sin darse cuenta que el albino, ya no estaba ahí.
—Te la vives en las nuves— comentó entre risas, ofreciéndole una mano para ayudarle a levantar—. ¿Nos vamos?
Fred asintió un vez más, tomando su mano con timidez. Sintiendo que se deshacía en ese momento.
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Enredos De Un Enamorado
Fanfiction-¿Por qué no solo te acercas a hablarle? -Porque no, además, ni siquiera sé su nombre. -¡Pues ve y pregúntaselo como una persona normal en vez de estarlo espiando por los pasillos! ~•~•~•~•~~•~••~•~•~•~•~•~• Segunda parte: "Querido Fred"