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—¡Hey, Fred!

Era lunes. Fred se dirigía al laboratorio de biología, junto a Foxy y Bonnie. Los dos últimos hablaban de la estrategia de mañana para ser los primeros en la cafetería, ya sabrán porqué.

Fred al escuchar su nombre, se giró; encontrando a un rubio que le seguía por el pasillo. Sonrió al instante—. Hola—, saludó, tratando de no parecer muy emocionado, pero era más que obvio que lo estaba, es decir, era Gold quien lo buscaba, no al revés.

—Me preguntaba si tenías algo qué hacer en la tarde después de la escuela.

Directo al grano. Y no tartamudeó ni una vez. Fred admiraba su valor.

—Mmh, No; no tengo nada qué hacer, ¿Por qué?

—Quiero invitarte a salir.

—¿S-Salir?— exclamó con ligera emoción. ¿Salir? Era igual a cita. ¿Lo estaba invitando a una cita? ¿Era eso?

—Sí, amenos que no quieras.

—¡No! ¡No!; Digo sí—decía sin saber qué exactamente decía. Gold alzó una ceja, claramente confundido—. Es decir—, carraspeó un poco—; sí quiero.

—Muy bien— sonrió levemente—, paso por ti a la última clase. ¿Te parece?

—Claro—contestó con una sonrisa. Pero por dentro pegaba gritos de alegría. Que bueno que nadie aparte de su mente podía oírlo. Que verguenza.

—Bueno, adiós.

Fred respondió moviendo la mano de un lado a otro, sonriendo como pendejo mientras lo veía alejarse—Te amo~ — susurró bajito.

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Enredos De Un EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora