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El día del torneo entre ambas escuelas “rivales” se llevaría en la cancha del centro deportivo local.

Fred se encontraba en las gradas, junto al rubio que había conquistado su corazón. Esta vez, no nesecitó de chaperones para ir.

—¿Nervioso?— comentó con sorna.

—Para nada— seguró el albino mientras terminaba de calentar, regalandole el cielo a Fred—. Tengo un as bajo la manga.

Fred arqueó una ceja.

—A ti— explicó, terminando con los ejercicios, levantando la vista.

Enredos De Un EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora