—¡A-Ah! Estoy muriendo— se lamentó el azabache, dejándose caer en la hierba. Por fin habían llegado a la cima de la loma. En realidad solo les tomó quince minutos subir.
—Te hace falta condición—rió a lo bajo el albino, a lo que Fred solo bufó, tenía las mejillas rojas por el esfuerzo.
—Se lo dices a alguien que no sale de su sofá y que lo único que mueve son los pulgares. Literalmente—reprochó—. ¿Y ahora qué?
—Ven
—¡¿A dónde?! ¡Ah, no! ¡Perdóname pero disculparme que yo no me voy a mover, me duele todo mi perfecto cuerpecito!
—No harás mucho esfuerzo, lo prometo.
—Hmmm— lo miró entre cerrando los ojos, como si quisiera descubrir algo más—. Bien.
El azabache se levantó con pesadez, ayudado por el rubio, puesto que aseguraba no podía mover un solo pie.
Se sentaron a la orilla de pequeña colina, y observaron el horizonte, lleno de árboles que entrelazanban sus ramas entre sí, y sus copas semi desnudas siendo tocadas por los finos rayos del sol.
—¿Te gusta...?— preguntó con nerviosismo disimulado en la voz.
Fred asintió, maravillado por el extenso paisaje que tenía en frente. Nunca creyó ver algo tan lindo además de los gráficos de sus videojuegos, o el mismo Gold—. Es muy bonito...
Una sonrisa llena de satisfacción y alivio se formó en los labios del albino—. Yo... He pasado muy buenos momentos a tu lado Fred, quizá los mejores de mi vida—, confesó el albino, con la vista pérdida en el frente, sin darse cuenta de la detonación de emociones que estaba causando en el pelinegro—. Y, quisiera que siempre fuera así...
Las mejillas del azabache ardían, por no decir que todo su rostro. Sentía las manos temblar y un doloroso y a la vez chistoso picor en ellas. ¿Esto era real?
—Tú...¿piensas igual...?— susurró, volviendo la vista por fin a su par.
—Claro que sí...desde el primer momento. Siempre que estoy contigo siento que todo está bien y los problemas se van, porque eres la mejor parte de mi día—. Soltó sin más, provocando así, un leve color carmín en las mejillas del rubio. Los ojos de Fred se abrieron y la pesadez se apoderó de su cuerpo. Eso fue muy revelador.
¡Idiota! ¡Idiota! ¡idiota!
Sabía que se le saldría lo cursi en cuanto estuvieran solos en una situación así, ¡por eso nunca lo invitó a un lugar tan íntimo! ¡estúpido corazón!
Pero, ajeno a los atropellados pensamientos de Fred, Gold sonreía ingenuamente por las palabras de su par, sintiendo esa curiosa sensación que desde hace tiempo buscaba alojarse en su pecho, de manera permanente.
—Y-Yo... ¡No quise que sonara de esa forma!— advirtió el azabache—. ¡Te juro que lo dije en plan de amigos!
—Fred— llamó con serenidad, muy diferente al tono alterado y angustiado de su par.
—¿Sí...?— respondió con una mezcla de temor y duda, preocupado por la respuesta. Respuesta que no fueron palabras exactamente.
Los labios del albino se posaron con delicadeza sobre la mejilla izquierda del azabache, quien sintió su corazón latir con fuerza contra su pecho, quizá era una arritmia cardíaca que le avisaba que estaba muriendo y teniendo alucinaciones.
—¿F-Fred...?— llamó el albino, totalmente avergonzado y preocupado al no ver reacción en el ojiplata. Fred no era el único inseguro de la historia.
—Tú....me besaste...—susurró casi sin aliento—. Me besaste...
—Fred
—¡COÑO ME BESASTE! ¡MI JODIDO CRUSH ME ACABA DE BESAR!— exclamó victorioso poniéndose de pie y alzando un puño en el aire— ¡ÓYELO MUNDO: LOS SUEÑOS SÍ SE HACEN REALIDAD!—decía con sobrada emoción, y una sonrisa imborrable en los labios.
Gold, que estaba a sus espaldas, simplemente reía a lo bajo con las mejillas sonrojadas, por tan reveladora celebración.
Pero la euforia terminó cuando en medio de su dicha y emoción, el azabache resbaló y perdió el equilibrio, y aunque Gold intentó sostenerlo fue inevitable que rodara colina abajo.
—¡AAAAAAA! PUTAMADREEEEE
—¡FREEEEEEED! ¡ALLÁ VOY!— en su desespero por ayudarlo, Gold también tropezó y por allá lo fue a alcanzar.
Para su suerte, no fue una caída tan larga, y está demás decir que ambos terminaron con la ropa sucia y llena de pasto, y uno que otro rasguño.
—¡¿Estás bien...?!— preguntó con angustia en la mirada el rubio.
—Pues...te tengo encima... así que estoy perfecto...
El sonrojo en la cara del más alto fue inevitable. Y cuando vio la posición en la que quedaron, más. Se quito con cuidado y se tiró a un lado del azabache.
—Gold
—¿hmm?
—Me gustas
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Me reí un putero escribiendo esto JAJAJAJAJ XD
¿Les gustó?
¿chí? --------->>
Ñ0h ------->>
Pvt0elquelolea Xd
Desputo el que comente(¿
¿no?
¿no?—le pegan por pendeja—

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Enredos De Un Enamorado
Fanfiction-¿Por qué no solo te acercas a hablarle? -Porque no, además, ni siquiera sé su nombre. -¡Pues ve y pregúntaselo como una persona normal en vez de estarlo espiando por los pasillos! ~•~•~•~•~~•~••~•~•~•~•~•~• Segunda parte: "Querido Fred"