Completamente Tuya.

3. ¿Cuál es esa razón?

–Tienes una sola obligación Aisha. Una sola.
—repite el sr—.

–Domar a mi hijo.

–De repente se escucha un ruido, están abriendo la puerta principal—.

Un Hombre alto, cabello oscuro, ojos azules, carita fina, blanco y un con el cuerpo bastante definido entra a la sala.

—me quedo estática, y siento él ambiente demasiado tenso con solo su entrada—.

–Buenas noches padre. —dice con voz ronca—.

–Buenas noches Jeycob. Te tengo un regalo.

–Un regalo? No estoy de cumpleaños y cuando lo estuve ni siquiera te acordaste. Asi que no se, que se supone que debas darme. —responde—.

–Olvida eso, este regalo es tu paga por todo lo que he hecho mal.

–No se que es, y no lo quiero. Con regalos no compras el amor, ni corriges los errores.
—responde—.

–Mira —dice acercandose a mi—.

–¿Qué, una chica y?.

–No es cualquier chica. Es tuya.

–Mía?. Por Dios y desde cuando las personas son objetos que puedes obsequiar solo porque si y ya?

—Dirige su mirada hacia mi—.

–Y a ti cuanto te pago para venir hacer este circo? No salgo con chicas de la calle.

—Frunzo el ceño—.
Diablos me culpa, y literalmente me acaba de decir prostituta sin siquiera saber que porque estoy aquí.

–No Jeycob. No es ninguna mujer de la calle.

–Ah, y entonces que es? Y que hace aquí?.

–Es una joven del pueblo. Su padre tenía una deuda muy grande conmigo es John no se alguna vez lo conociste.

–No. —responde cortante y serio—.

–Bien, ella es su hija.

–¿Y a mi que? Yo no la quiero aquí.

–Pues la vas a querer, porque la compre para ti. Es completamente tuya. Así que la llevas a tu recámara ahora mismo.

–No padre. Que no la quiero he dicho así que vas y se la devuelves a sus padres. Quien sabe de que arti mañas te valiste para tenerla aquí.

–Jeycob —grita acercándose a él— no me hagas enfadar que ya sabes como me pongo.

Jeycob modera un poco el tono de su voz y suspira.