Jeycob la aparta.
–Deyanara por favor, hazte a un lado y no vuelvas hacer eso. Tu y yo no fuimos, ni seremos algo. Como dama que sos te respeto y por eso te estoy tratando con la mejor cortesía posible. Aprende a respetar y a darte tu lugar no es bien visto esto que acabas de hacer casi me besas en la boca y ni siquiera somos algo.
—La tal Deyanara se queda callada—.
–Disculpa hermano.
–No Thomas tranquilo no es tu culpa.
–Ay lo siento mucho Jeycob que vergüenza —expresa la otra muchacha de nombre Cloe—.
–Y bien, ya que esta aclarado esto. Les quiero presentar a mi futura prometida. —dice tomándome la mano y besandola sutilmente—.
—Yo estoy atónita que acaba de decir? Su prometidaaaaaaaaaaa—.
–Ooooooh Aisha, hermano, los felicito. Hacen una pareja increible. —dice Thomas—.
–Muchas Felicidades Jeycob. —añade Cloe—
Y la tal Deyanara lo queda viendo, y da la media vuelta.
–Disculpala Jeycob. —dice Cloe y va detrás de ella junto con Thomas—.
–Que fue todo esto Jeycob?.
–Un encuentro desagradable. Deyanara siempre había querido que tuviéramos una relación pero nunca me gustó lo suficiente. Además es muy egocéntrica y superficial y esas cosas no van conmigo. Me alejé de ella durante un tiempo considerado y la vengo a ver hasta ahora que a Thomas y Cloe se les ocurrió traerla. Estudiamos juntos.
–Ah, entiendo.
–¿Qué estas celosa?.
—Frunzo el ceño—.
–No sé. —le apartó la mirada—.
–Te ves muy tierna.
–Aja.
–Ya amor, ven aquí. —se acerca más a mi—.
–Eres tu la mujer que yo elegí. Puedes entenderlo, a parte solo mírate, Dios MIOOOO, tremendo mujeron que sos. —besa mi frente—.
–Eh. Cuidadito pues, que cuando me pongo furiosa soy violenta. —río—.
—ríe—.
–Me encantas. —me abraza—.
–Mi niño, mi niño ya viene Dominick. —dice Susan—.
—Todos nos ponemos de pie y Dominick entra al jardín—.
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Completamente Tuya.
De Todo¿Estarías dispuesta a sacrificarlo todo, a cambio de salvar la vida de las personas que más amas, incluyendo la tuya? Sin importarte el precio o todo lo que debas de soportar a cambio de su bienestar.