Completamente Tuya.

42. Tienes mi corazón en tus manos.

En el transcurso del camino a casa de Aisha. Voy bastante nervioso ni siquiera se si voy a encontrar las palabras adecuadas para expresarle lo que siento, tengo mucho miedo. ¿Y si la pierdo así como perdí a mi madre? Eso me mataría... —me digo mientras conduzco—.

Pero no Jeycob, no. Es momento de ser feliz. Es lo que mi madre más quería. Y debo de atreverme a mostrarme tal cual. Abrirle mi corazón y decirle todo lo que siento.

Llego a casa de Aisha me estacionó y no me atrevo a tocar el timbre las manos me sudan, estoy helado... parezco un niño chiquito. Pero es la primera vez que siento tanto por alguien.

Agarro coraje y toco el timbre...
—Me abre la Sra. Alice—.

–Hola Jeycob. Me da gusto verte. Vienes a ver a Aisha.

–Si Sra.

–Ven pasa.

–No, prefiero que la llame.

–Esta bien, espera aquí. —responde sonriente—.

Un par de minutos después sale Aisha...
Me pongo aún más nervioso.

–Hola, que haces aquí? —dice—.

–Hola. Podemos hablar?.

–Si, pasa.

–No, aquí no... podemos hablar en mi lugar favorito.

–Ok. —respondo—.

—Subimos al auto y Jeycob conduce hasta un lugar con atardecer grandioso—.

–Que bonito lugar Jeycob. Pero bien, que hacemos aquí. Te escucho. —dice—.

—suspiró—.
–Por favor no me interrumpas.

–Descuida que no lo voy hacer. —responde—.

–Bien. —la quedo viendo fijamente—.

–Hoy alguien me hizo entender muchas cosas...
Aisha yo te quiero, y te quiero de verdad. Mi comentario de hace un mes atrás fue lo más estupido que pude haber dicho. Yo no estoy listo para verte al lado de alguien que no sea yo.

Vine hasta acá meditando la forma en la cual podría decir esto;.

No sabría explicartelo mejor, pero al menos lo voy a intentar. Eres de esas personas que, sin ser extremadamente guapas tienen algo que las convierte en preciosas. Y no te hace falta mucho, con cualquier cosa sales a la calle y desprendes energía. Sonríes y joder... me alegras el día, la existencia y la vida.

Llegaste a mi vida de la nada y estuviste ahí sosteniendome en cada una de mis caídas. Me fui enamorando poco a poco de ti, de tus gestos, de tus palabras, de tu esencia, de tus modos, de tu personalidad. Y lo se, lo se desde el día número uno que rompi el contrato y te fuiste a casa.

No deje de pensarte ni un solo segundo y cada rincón de esa casa y de esa habitación me recordaba a ti. Fui un cobarde al dejarte ir sin al menos antes decirte todo lo que sentía. Pero entendeme a penas y estoy aprendiendo a gatear en esto... tenia miedo, y el miedo se apoderó de mi, de mis acciones y decisiones. El simple hecho de pensar que podía perderte como perdí a mi madre por cualquier otra circunstancia me asustaba y me sigue asustando no podría soportarlo.

Se que es amor porque siento cada una de las cosas que expreso Susan aquella noche estrellada. Se que es amor, porque sos mi primer pensamiento del día y el ultimo de la noche.

Y honestamente la Soledad dejó de gustarme cuando apareciste... porque empecé a verte en todo sin querer...

Y ahora estoy seguro de que no quiero pelear contigo, quiero pelear por ti.

Eres un ser maravilloso e increíblemente bueno. Cualquiera en su sano juicio se habría vuelto loco por ti. Tus virtudes derritieron mis corazón y demolieron todas mis paredes.

Podría quedarme ahora mismo mirándote el resto de la tarde, incluso mirarte todo el año, y si la suerte está de mi lado toda la vida...

Tenia miedo de expresarme ante ti de tal formal. Pero como puedes ver los miedos se han ido. Vos no fuiste una casualidad en mi vida, fuiste mi mayor bendición y el hecho de coincidir contigo es  algo que agradeceré por lo que me reste de vida.

Todas mis preocupaciones, y temores se marchan cada vez que me abrazas y me aseguras que todo irá bien.

Aisha Thompson.
Sin temor alguno me atrevo a decir que te amo. Si, te amo, como un loco.

Y me quedo contigo.
Porque cuando llegaste a mi vida me encontraste lleno de heridas y sin cuestionarme, me ayudaste a quitar cada espina clavada, y mi corazón envenenado lo fuiste transformando en un corazón bueno. Y sin tu saber hiciste que todo doliera menos por eso y más quiero quedarme contigo.

Aisha, perdón. Perdón por haberte alejado de mi. No debí hacerlo es y será el error grande que voy a cometer contigo. Porque no pienso soltarte si respondes que si.

Se que en un momento de nuestras vidas fuiste comprada para mi... pero eso no cuenta. Ni contará nunca. Yo no te sentí mía en ningún momento. Así que el único que quiero que cuente sea este momento, estas palabras; Aisha Thompson.
¿Quieres ser mi novia?. Sin ataduras, sin un contrato, sin nada.

—me acerco un poco a ella y coloco mi mano derecha sobre sus mejillas que se encontraban ruborisadas y estaba completamente helada—.

–Solo tú y yo, porque nos elegimos, porque nos queremos. —expreso viéndole fijamente y con lágrimas en los ojos—.

—Aisha me sostiene la mirada y suspira—.