6. Enfrentamiento.

177 26 4
                                    

–Son mías

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Son mías.

Tuyas? Ni siquiera tienes dinero para pagar una cosa de estas —dice viéndolas detenidamente—.

Me las regalaron. —respondo—.

–No conoces a nadie aquí. Solo al personal de limpieza, así que quien se supone que te las regalo?. —pregunta inquieto—.

Susan. —respondo—.

¿Susan? —repite—.

Si. Y así como yo he acatado tus reglas y estoy fingiendo que tenemos algo. Necesito que hagas algo por mi, yo se que ya te pedí lo de mis padres, pero ahora solo quiero una cosa más.

—gruñe—.
Ahora que quieres niña?.

Quiero que me des un lugar, para mis lienzos. Quiero dibujar y pintar tranquila.

–¿Y es que pintas, o solo haces garabatos?.
—pregunta sarcásticamente—.

Lo que haga no te debe de importar. No seas metido. —respondo, pues ya me canse de tener que soportar su actitud y yo solo ser sumisa cuando esa no soy yo, no es mi esencia—.

—hace un gesto de sorpresa—.
Vaya, vaya, la niña sacando las garras. Bien te daré un estudio. Tenemos uno que está bajo llave era de alguien... que —se queda callado unos segundos— no nada, eso no importa te daré su estudio. —se acerca a su mesita de noche y saca de su tercer gaveta una llave color café—. Ten, toma ahora será tu estudio.

Gracias. —respondo y sigo dibujando. Se perfectamente de quien había sido el estudio, pero no quise entrar más en detalles—.

Se queda al margen de lo que hago. Camina al clóset, saca un short, una playera, un bóxer y entra al baño. Supongo que se va a bañar.

Minutos después...

Sale del baño, ya listo.

—Tocan la puerta—.
Toc...toc...
Jeycob abre la puerta.

Es Susan.

Buenas, —sonríe— les informo que en 10 minutos el almuerzo estara servido en la mesa. Él Sr Robert ya los espera.

—cierra la puerta—.

Yo no tengo hambre Jeycob.

–Aisha tienes que bajar.

–Le temo a tu padre. —murmuro—.

—suspira—.

Tranquila. No te hará nada delante de Dominick.

—me quedo callada—.

Tenemos que bajar, a parte te tengo buenas noticias de tu familia. Mi amigo fue hasta su casa; les dijo que estabas bien, que les mandabas muchos saludos y les dejo dinero. Así que puedes estar en calma.

Completamente Tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora