56. Fin.

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Me asombró de la reacción de todos, pues levantan sus manos y yo ni siquiera se a quien darle la palabra primero

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Me asombró de la reacción de todos, pues levantan sus manos y yo ni siquiera se a quien darle la palabra primero.

Bien, me siento muy contenta de que todos quieran expresarse. Así que lo vamos hacer por orden de fila.

–Empiezas tú. —Señalo a un joven de unos dieciséis años—.

—Se pone de pie y se coloca al frente de todos—.

Yo me siento en el escritorio de la docente y ella se queda de pie a la par mía.

Hola a todos, soy Luis... tengo muchas metas y no se imaginan cuantos sueños. Por ahora lo más importante es lograr graduarme. Todo los días me levanto con mucho amor en mi corazón y con mucha energía. Se que el simple hecho de estar aquí sentado ya es una gran oportunidad para mi, y bien, para todos ustedes. Quizás para cualquier persona de la gran ciudad esto no sea nada... pero para quienes vivimos del día a día esta Universidad es una esperanza. La otra que existe es muy buena, pero no entra cualquiera  es dificil que apruebes el examen porque son pocas las aulas, y nuestro pueblo es muy grande y la pobreza abunda. En cambio esta universidad sin necesidad de un examen, ha abierto sus puertas para que podamos educarnos, y yo estoy muy feliz y agradecido con usted.—dice el joven volteando a verme— porque a pesar de ahora tenerlo todo no se olvido de donde salió.

—provoca en mi un par de lágrimas que limpio rápidamente—.

Después de graduarme mis sueños son, componer la casa en la que habitó con mi familia, y poner mi propio negocio para generar ingresos y ayudar a las personas que lo necesiten. Eso es todo... gracias por su atención.

—Yo le aplaudo, y seguidamente todos—.

—Luis se sienta—.

Sigues tu. —expreso señalando a una jovencita—.

—Se pone de pie y pasa al frente—.

Hola... —murmura—.

—Se queda callada tímidamente un instante—.

Tranquila exprésate sin pena.

—me queda viendo—.

Me llamo Amira... tengo diecisiete años. Mi vida no ha sido del todo fácil. Mi madre vende maní y mi padre es un campesino. Tengo dos hermanos, aún están pequeños. Acompaño a mi madre a vender mani y así podemos juntar un poco más de dinero para medio comer. Pero a pesar de eso somos muy felices y nunca nos falta amor en los momento difíciles. Mis padres son increíbles y mis hermanos también.

Completamente Tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora