—Toco la puerta—.
Toc...toc...Abre la puerta mi madre.
Se queda en Schok cuando me ve...
Lo primero que hace es tirarse a mis brazos y por supuesto yo a los de ella. La he extrañado tanto.
–Mi niña, mi amor, mi bebé —me besa toda la cara, y el cabello— ¿Qué haces aquí? Te escapaste? Pasa.
–No vengo sola madre. —doy unos pasos hacia atrás— ellos son Dominick y Jeycob. Hijos del Sr. Robert.
—Se limpia las lágrimas y las manos en su delantal—.
–Hola, bienvenidos —dice estrechando su mano—.
Ambos le devuelven el saludo.
–¿Y mi padre? —cuestiono—.
–Anda trabajando mi amor. Pero pasen, pasen.
—repite—.—Entramos todos a la casa—.
Salen corriendo a recibirme Zac y Owen.
–Aisha estas aquí te extrañé. —dice Zac tirándose a mi brazos, y seguidamente Owen—.
—se me salen un par de lágrimas de emoción, Jeycob solo me observa detenidamente y Dominick igual. Me imagino que nunca habían estado en una casa tan pobre—.
–Madre no puedo decirte mucho ahora, solo vengo de pasadita y a pedirte un favor.
–Lo que quieras hija... —responde mi madre—.
–Se puede quedar Dominick contigo solo por unas horas?.
—Dominick voltea a ver a Jeycob—.
–Claro que si hija, no hay problema.
–Zac, Owen, lleven a Dominick al patio a jugar.
–No dilataremos Dominick. —añade Jeycob—.
–Esta bien. —responde Dominick—.
—Dominick se va con mis hermanos—.
–Madre cuida mucho de Dominick. Por favor.
–Tranquila hija mía, lo haré como si fuera uno de mis hijos.
–Gracias. —respondo y la abrazo—.
–Gracias señora —añade Jeycob—.
–Tenemos que irnos madre.
–Esta bien. Dejen les doy la bendición. —mi madre nos da la bendición y salimos de casa—.
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Completamente Tuya.
Acak¿Estarías dispuesta a sacrificarlo todo, a cambio de salvar la vida de las personas que más amas, incluyendo la tuya? Sin importarte el precio o todo lo que debas de soportar a cambio de su bienestar.