–Ella es... —repite—.
–¿Quien es ella, Susan? —vuelvo a preguntar—.
–Es la señora Jane Brown. La madre de Jeycob y Dominick.
Justo como lo deduje nada más que necesitaba que alguien me lo corrobora —pienso mientra escucho la respuesta de Susan—.
–Y dónde está?. —cuestiono—.
—repira profundo—.
–Ay mi niña. A decir verdad no lo sé. Hace doce años el Sr. Robert nos mandó de vacaciones a todos, dijo que querían pasar tiempo en familia y la Sra. Jane también lo dijo. Así que nos fuimos por una semana. Cuando regresamos la señora Jane había desaparecido. Jeycob tenía 8 años y Dominick 2. Nunca me pudieron decir que paso y yo no soy quien para preguntarle al Sr. Robert. Quizás huyo no lo sé. Aunque lo dudo mucho —suspira y automáticamente un gesto de aflicción se posa en su rostro—.
¡Ay mi niña! Si hubieras conocido a mi señora. Tenía el alma más pura y limpia que te pudieras imaginar, era tan buena, noble, gentil y sobre todo humilde, todo lo opuesto a lo que es el Sr. Robert.
Yo la adoraba le tenía mucho respeto y estima. Tuve que ser madre para Dominick quien estaba muy pequeño y no sintió mucho su partida a diferencia de Jeycob quien sufrió más que nadie su ausencia. Empezó a tener trastornos del sueño seguidamente. Tuve que subir a su habitación en muchas ocasiones porque a mitad de la noche se despertaba gritando. Fueron días oscuros.
–¿Que gritaba Susan?.
–No recuerdo bien...
–Haz un esfuerzo puede ser importante. —añado—.
–Importante? —cuestiona—.
–Si Susan hazme caso. —respondo—.
Siento una corazonada. No sé como explicarla, pero siento algo extraño en mi corazón y recuerdo al instante lo que mi madre me decía de las corazonadas; "Cuando tengas una corazonada. Persiguela, no dudes de ella. Es la intuición queriéndote decir algo importante."
–Es que no lo sé, han sido doce años. Dejame recordar. —se queda pensando unos minutos—.
–Si lo recuerdo bien, bueno en específico esa noche que sus palabras fueron tan distintas a las demás.
–Dime? —insisto—.
–Eran como a las 11 de la noche. Estaba apagando todas la luces de la casa, cuando entonces escuché unos gritos de Jeycob entre corriendo encendí la luz y ahí estaba en un rincón de su cama llorando. Me le acerqué y le pregunté que ocurría y solo me dijo. ¿Por qué no se detuvo? Esas palabras me quedaron clavadas en la mente pero nunca las entendí. Las otras noches solo gritaba cosas como; detente, no, por favor. Pero pasado de unos años dejaron de ocurrir esos sucesos. Y el Sr. Robert se encargó de echar a la basura cada recuerdo que quedaba en esta casa de la Sra. Jane, lo único que se conservan son los cuadros. Eran gran conocedora del arte y amaba la pintura. Yo guarde sus pinceles, sus lápices, lienzos entre otras cosas en mi habitación. No quise tirarlas pintaba hermoso. Parte de los cuadros que ves por ahí sin autor son de ella.—derrama una lágrima—.
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Completamente Tuya.
Casuale¿Estarías dispuesta a sacrificarlo todo, a cambio de salvar la vida de las personas que más amas, incluyendo la tuya? Sin importarte el precio o todo lo que debas de soportar a cambio de su bienestar.