16. De regreso.

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Gracias a Dios mañana viene Jeycob

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Gracias a Dios mañana viene Jeycob. Es lo único que me repito una y otra vez, mientras trato de quedarme  dormida y de ignorar la idea de que alguien me esta observando.

Me terminó quedando dormida.

—Despierto, estoy acostada de lado me doy la vuelta y quedo boca arriba me estiro en la cama y mi mano izquierda choca con algo, volteo a ver que es, y rayos, es la retratera de la Sra. Jane sobre la cama, como llego ahí no lo sé, pero al parecer durmió conmigo—.

Me levanto tirada de la cama, quito la retratera y la coloco en su lugar.

Me meto al baño, quiero salir de la habitación lo antes posible.

Me estoy bañando, me enjabono todo el cuerpo mientras el agua de la regadera está cayendo. De repente se mueve la llave del grifo de un lado a otro y se cierra, al ver eso salgo tirada del baño con jabón encima no volteo a ver al frente solo al piso, tengo shampoo en el cabello y ni siquiera jalo la toalla de tan asustada que estoy y zaz pego contra Jeycob —estaba entrando a la habitación cuando choco con él— lo termine enjabonando todo también. La vergüenza se me fue quien sabe a donde, me lanzo a sus brazos y lo abrazo fuerte, estoy aterrada, el corazón está que se me sale del pecho.

Jeycob reacciona al verme de esa forma. Me corresponde el abrazo, pone su mano derecha sobre sus ojos para no verme y faltarme el respeto. Jala una de las sábanas que está en su habitación. Me la da y me envuelvo toda.

Me siento en la cama, estoy temblando.

–¿Qué pasa Aisha?. ¿Qué pasa? —repite Jeycob—.

Tengo un tremendo nudo en la garganta que no me permite decir ni una sola palabra.

Jeycob se sienta a la par mía y me abraza aún más fuerte.

Tranquila, sea lo que sea que tengas, ya paso, yo estoy aquí con vos, tranquila. Respira, respira.
—repite una y otra vez—.

Empiezo a respirar muy profundo y con él ahí a mi lado logro tranquilizarme un poco.

–¿Que ha pasado Aisha?.

–Jeycob me terminaré de bañar. Pero por favor prometeme que no te irás de la habitación.

–Te lo prometo, no me movere, aquí te voy a esperar.

–Jeycob prometelo —digo con lágrimas en los ojos—.

—pone su mano sobre mis mejillas, y me seca las lágrimas—.

Aquí estaré lo prometo.

Su gesto y sus palabras me llenan de seguridad así que me voy más tranquila al baño. Ya no ocurre nada extraño y me termino de bañar.

Agarro mi ropa, me la pongo y salgo del baño.

Me siento en el sofá, Jeycob está sentado en la cama se ve bastante inquieto por mi actitud.

Aisha, ya te sientes mejor?

–Si, Jeycob gracias.

–¿Que paso en el baño?.

–Jeycob —murmuro—.

Jeycob se levanta de la cama, y se sienta a la par mía en el sofá.

Han pasado cosas...

–¿Qué cosas, a que te refieres Aisha?.

–Jeycob... tu madre no los abandonó.

Jeycob se queda completamente callado—.

Siempre lo has sabido verdad?.
—sigue callado—.

Jeycob por favor vamos, confía en ... te quiero ayudar, de verdad lo quiero. Se muchas cosas.

—Jeycob solo me observa y los ojos se le llenan completamente de lágrimas—.

Llora si quieres, no tengas pena de mostrarte tal cual. Yo voy a estar aquí para vos, lo prometo.

—derrama un par de lágrimas que se limpia rápidamente por pena—.

Le tomo las manos.

Tranquilo, no tengas pena. Derramalas y no las cortes a mitad del camino. Yo se que hace doce años no derramas ni una sola. Pero ya es momento...

Jeycob, te presto mi hombro, esta dispuesto a sostener tu cabeza para que llores. Te presto también mis oídos para que escuchen atentamente todo lo que te duele. Te presto mis brazos para que te abracen tan fuerte que no tengas dudas de que cuentas conmigo. Pero por favor, confía...

–Aisha, no te quiero perjudicar. Yo no tengo pruebas de nada, solo especulaciones.

–Quizás yo pueda ayudarte.añado—.

–Estas segura de que quieres saberlo?.

–Creo que tengo una idea. Pero estaría mejor que me lo dijeras todo.

–Esta bien Aisha...

–Antes de que empieces.

No esta en casa tu padre verdad?.

–No, se fue directo a su empresa.

–Le voy a poner seguro a la puerta.

–Esta bien. —responde—.

Me levanto y le coloco seguro a la puerta.

Me vuelvo a sentar en el sofá justo a la par de Jeycob.

Ahora si, te escucho. —expreso—.

—Jeycob respira profundo y me queda viendo fijamente, con esos ojos azules que ya no provocan miedo, tiene una mirada de tristeza, una tristeza profunda, esta a punto de decirme algo aterrador. Que de una u otra forma lo ayudara a sentirse mejor y a sacar todo lo que ha guardado y lo atormentado durante doce largos años—.

–Aisha, a decir verdad no lo recuerdo muy bien. Tengo solo vagas nociones de ese día en particular, del día que mi madre simplemente desapareció, que claramente se, que no fue así...

 Tengo solo vagas nociones de ese día en particular, del día que mi madre simplemente desapareció, que claramente se, que no fue así

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Completamente Tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora