20. No me voy a quitar.

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Me levanto rápidamente del banco en el que yo también me había sentado y me paró frente a la puerta

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Me levanto rápidamente del banco en el que yo también me había sentado y me paró frente a la puerta.

No Jeycob. Tú no vas a ninguna parte. No lo voy a permitir.

–Quitate Aisha. No quiero usar la fuerza. No te quiero lastimar.

–No me voy a quitar Jeycob.

–Aisha quitate.

–Jeycob no. Entiendelo.

–Entender que? Que se puede entender de esta vida de porquería?. —dice entre gritos—.

Jeycob. Tu madre murió si. Lo entiendo y si, se cuanto te esta quemando por dentro saber que fue a manos de tu padre. Pero tú no eres como él. Entiendelo. —expreso alterada—.

Si, Aisha puede no sea como él. Pero ahorita mismo lo único que quiero es molerlo a golpes.

–Jeycob. Esa no es la justicia de la que hablaba tu madre. Estoy segura de que no quiso dar a entender eso en sus cartas.

–Aisha y entonces que? Que fue lo que dio a entender. Dimelo porque yo no entiendo. —llora—.

Jeycob... existen dos tipos de justicia o bueno, en este caso 3. La justicia divina, que es donde Dios le ajustara cuentas a tu padre, esa es cuando él se muera claro esta. La propia que es la que tu quieres aplicar ahora mismo, justia que te puede convertir en un criminal y tu no eres eso, y tu madre tampoco lo querría para ti. Y la justicia que se rige por leyes, es decir la cárcel. Cadena perpetua, o que se yo, esa Jeycob... estoy segura de que esa hablaba tu madre. No de una en la que tú te manches las manos de sangre.

—Jeycob se queda callado, pero igual sigue alterado. Si me quito de esa puerta va a salir directo a matar a su padre—.

Quitate Aisha.

–Por favor Sra Jane. Si esta aquí por favor ayúdeme para que Jeycob por su rabia no cometa una locura que le costara la vida, e incluso su libertad. Haga una señal tire algo, Jeycob necesita sentirla. —digo entre lágrimas pues temo mucho de lo que le pueda pasar si sale de esa puerta—.

—Jeycob derrama más lagrimas—.

Y zaz, la señal llega...
Tiro el cuadro abstracto que colgaba de la pared.
Inmediatamente Jeycob desvía su mirada de la puerta y la lleva hasta el cuadro que está en el piso, camina hacia el y lo levanta. Yo lo sigo.

Ves Jeycob. Es tu madre diciéndote que ir por tu padre y hacer justicia por tu propia mano no es lo correcto.

Completamente Tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora