17. Confesión.

165 25 8
                                    

Narra Jeycob:

Yo estaba en mi habitación, antes no era esta. Sino la que está junto a la de mi padre, así mi madre podría irme a ver en cualquier momento y darme mi beso de buenas noches.

Recuerdo que todo el día Dominick pasó con mucha fiebre. Cuando mi padre llegó por la noche de trabajar nos sentamos en el comedor para cenar juntos, pero Dominick estaba muy llorón así que mi madre se levantó cientos de veces del comedor para irlo a ver. Mi padre por supuesto estaba que no se aguantaba y se alteró.

Le gritó a mi madre, recuerdo bien que le dijo; o lo callas tu, o lo cayó yo apunto de golpes ya es demasiado lo que llora ese cipote. Mi madre solo lo quedo viendo con lágrimas en sus ojos y le respondió; sobre mi cadáver.

Mi madre subió de nuevo a la habitación y mi padre salió tras ella. Yo me quede solo en el comedor. Empecé a escuchar gritos así que me levante del comedor y me diriji hacia la habitación de ellos trate de abrir la puerta pero tenía seguro. A lo lejos solo podía escuchar a mi madre suplicar y gritar con su último aliento; Jeycob encierrate en tu habitación. Dominick lloraba y lloraba. Se escuchaban golpes y muchas cosas terroríficas en esa habitación. De repente oí la puerta abrirse y salí de mi habitación para ver si mi padre ya había salido pero no, era Dominick en el pasillo, no se quien de los dos lo sacó pero tenía esta ropa puesta ese día. —se levanta del sofá, abre uno de sus cajones y me saca un mameluco azul manchado de rojo, todo apunta a que son gotas de sangre—. Tome a Dominick, lo metí a mi habitación y nos encerramos.

Aquellos gritos seguían y seguían. No te puedo decir cuánto tiempo pasó exactamente... yo estaba aterrado cuidando de Dominick. Tenía ocho años Aisha, ocho años. No pude hacer nada, no pude hacer más.

De la nada los gritos cesaron... trate de abrir la puerta de mi habitación pero no pude, todos los intentos fueron en vano tenía llave por fuera. Estoy seguro de que mi padre fue quien nos enllavo.

Dominick se quedó dormido de tanto llorar y yo solo buscaba las formas de abrir esa bendita puerta, necesitaba ver a mi madre, ayudarla, sacarla de ese lugar.

Esa habitación tiene una ventana, y me recuerdo de pie frente a ella viendo si había algún movimiento abajo, o en el jardín. Pero no recuerdo, no recuerdo nada maldita sea, no lo recuerdo. —llora aún más, yo me acerco un poco y lo abrazo—.

Esta casa está compuesta por dos interruptores uno del lado derecho y otro del izquierdo. En ese momento no lo sabía. Las luces se apagaron y yo pensé que se había ido la luz. Tenia tanto miedo que solo pude aferrarme a mi cama, a mis sabanas y a la compañía de Dominick.

Completamente Tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora