CAPÍTULO 16: Bienvenido a mi familia

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CAPÍTULO 16: Bienvenido a mi familia

Allen

No tenía tía, ¿Entonces a donde pretendía dejar que se vaya ese niño? Al diablo si no era mi maldito problema, era el hermano de mis niños. Se había convertido también en mi problema.

Caminé a paso apresurado por donde el adolescente se había ido, pero mi nerviosismo aumentó cuando pregunté a un guardia me dijo que los baños quedaban en la otra dirección.

Me empezó a desesperar no encontrarlo. Y no ayudaba el echo de que no estaba buscando a alguien que se había perdido e intentaba volver conmigo, estaba buscando a alguien que huía de mi.

Y estaba lleno de gente por todos lados, y había tantos lugares a donde el podría haberse ido.

Justo cuando comenzaba a desesperarme, a lo lejos, vi una cabellera rulosa y castaña que mezclarse entre la gente.

Me apresuré a llegar hasta el, y aunque se dio cuenta de mi presencia e intentó escapar de mi nuevamente, fui lo suficientemente rápido como para detenerlo.

—¿A dónde diablos crees que vas?

—¿Al baño?

Ni siquiera su rostro alarmado y su voz tartamudeante hizo bajar mi enojo.

—Oh, ya veo, y la puerta trasera de este horrible lugar tiene un cartel gigante que dice baño.

Chris sonrío como un niño pequeño y se soltó de mi agarre, soltando un pequeño carraspeo.

—Creo que te estas confundiendo…

—No, el que esta confundido aquí eres tu. No esta bien engañar a la gente que se preocupa por ti.

El adolescente alzó las cejas y me miró con incredulidad.

—Tu no te preocupas por mi. Te preocupa tu conciencia y no sentirte mala persona. Como mucho te preocupan mis hermanos. Yo no. No me conoces ni te conozco, no me debes nada.

—No, no te debo nada pero…

—Entonces déjame en paz. Me largo.

Respiré hondo y lo retuvo por el brazo.

—No, tu no te vas.

—Si, si me voy.

Volvió a soltarse de mi agarré y solté un suspiró interminable.

Dios, dame paciencia.

—Escucha niño...

—No, escúchame tu, estoy cansado de ti. Y de tu estúpido traje. Me estas cansando con tu cara de lastima y yo no tengo porque soportarte.

Entreabrí los labios, ofendido ante sus comentarios. ¿Qué tiene que ver mi traje?

—Yo no te tengo lastima.

Soltó un pequeño bufido y desordenó su cabello, fastidiado.

—Sino no estarías aquí Allen, no seas torpe.

Un Padre, Cinco HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora