No es importante, pero había escrito este capitulo anoche, y me había quedado re emotivo y lindo. Y tuve problemas con word, y no pude recuperarlo😢 Fin. Ahre jsjsjs
CAPÍTULO 9: Demasiado tierno.
Allen
Lo primero que veo al despertar, es a una Leah toda dormida sobre mi, usándome como almohada y por lo tanto, también, babeando mi pecho.
“ Que asco”.
“Es saliva de bebé, de tu bebé”
– Una bebita bastante pesada – susurré, dejándola con cierta suavidad sobre la cama, donde se desperezó toda y me obligó a correrme, adueñándose de la mayoría de la cama.
Intentando no despertarla, salgó de la habitación y bajo las escaleras. Mis pasos, silenciosos, se detienen al ver una cabecita sobresaliendo del sofá. De echo, casi no se veía, y me sorprendí por verlo.
– Pero bueno, ¿Qué hace mi bebé despierto tan temprano?
Alec levantó la vista, mirándome con una carita que haría que cualquier padre se enamorará.
“Pero es mi bebé…”
– ¡Papi!
Yo intentaba ser silencioso, él no.
– Me desperté y no me puedo dormir – agregó, cruzándose de brazos.
– ¿Si? Eso es muy feo.
Me senté a su lado y suspiré, estaba cansado, pero tenía que ir a trabajar.
– ¿Desayunamos? – murmuré.
Alec asintió, y aún sin ganas caminé hacia la cocina, preparé un café, un yogurt con cereal y volví.
Lo dejé sobre sus piernas y sonreí, viendo lo bonito que se veía con su pijama de spiderman.
Me senté a su lado y me enfoqué en lo que él veía en la tele.
– Marshall es como tú. Le gusta mucho vestirse de azul.
– ¡Papá, ese es Chase!
Rodeé los ojos y me alcé de hombros, viendo como el perro policía hacía cosas raras. ¿Perros con súper poderes? Okey.
– Bueno, Chase.
– ¿Y Leah?
– Esta durmiendo – solté con obviedad. Alec golpeó su cara con su manita. Era una escena tierna. Mi hijo lo era.
– ¿Leah va a ser Skye?
Pestañé y asentí, sin entender lo que decía.
– ¡Leah no puede ser Skye, papá!
Mi hijo parecía muy consternado con la situación.
– ¿Por qué no?
– ¡A Chase le gusta Skay! – chilló, tapando con sus dos manos su bonita. Sus ojitos se habían agrandado y casi vuelca todo su tazón.
Esa era otra escena tierna.
“¿No le sale ser menos tierno?”
Agarré el bol y lo dejé sobre la mesita, dejando mi taza al lado.
– Guacala.
– ¡Guacala! – repitió indignado.
Nos volvimos a quedar en la misma posición que antes, mirando la televisión como si de verdad lo hiciéramos. Para ser sinceros, no sabía si el fingía o no. Si lo hacía, era un buen actor.
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Un Padre, Cinco Hijos
Ngẫu nhiênAllen Anderson es un reconocido y prestigioso empresario, acostumbrado a tener una doble vida en donde en una cuida de su hijo y en la otra a su hija. Pero un acontecimiento provoca que Allen deba abandonar ese estilo de vida, cuidando de sus dos p...