CAPITULO 21: Un primer día caótico, parte 2, "Peleas"
Allen
—¿Sabes que es lo mejor de tener cinco ahijados?
Suspiré ante mi vago intento por leer los papeles que tenía en frente. En serio necesitaba leer aquellos contratos, pero que Lean y Leah no pararan de hablarme me imposibilitaba hacer bien mi trabajo.
El estaba en una de mis sillas giratorias, mirando hacia el techo mientras daba vueltas en la misma. Leah copiaba su misma acción desde su regazo, riéndose de cualquier cosa que el dijera.
—Que no los tienes.
Me ignoró y siguió hablando.
—Que no moriré solo.
—Oh, que cosa más deprimente dices. Ya hasta me diste lastima.
Rodee los ojos y, frustrado, solté los papeles.
—Porque si fuera por ustedes moriría solo, en mi casa, rodeado de la nada misma. Quizás con mis gatos.
Volví a rodar los ojos y me acomodé en mi silla, apoyando mi cabeza en el respaldar.
—Mis hijos hasta podrían tener padrinos.
Lean me miró como su yo fuera el traidor más grande del planeta y procedió a hablar.
—Ni se te ocurra Allen Martín Anderson, puedo hacer que te pudras en el infierno.
—¿Qué?—susurró Leah, mirándolo horrorizado. Mi amigo río, haciéndose el tonto y negó.
—Mentira cielito, fue un mal chiste.
—No me llamo Martín— me quejé, buscando otro de aquellos contratos., que no hacían más que apilarse en mi escritorio.
—Y mis ahijados solo me tienen a mi—me gruñó. Luego sonrío y tomó una posición más relaja en la silla—. Igual no me importa, si ellos tienen padrinos yo seré su favorito. Es una obviedad. Soy más guapo.
El siguió hablando solo, ante la atenta mirada de mi niña y yo volví a rodar los ojos. De echo, estaba seguro de que ellos no tenían padrinos, Lean también lo sabía, pero molestarlo era divertido.
Esta vez, no fueron ellos los que interrumpieron mi lectura, fue el teléfono.
—Diga—murmuré. Presentarme era aburrido, Lucy lo hacía por mi. Y si me pasaba una llamada sin avisarme quería decir que era alguien a quien yo había permitido hacerlo.
—Señor Anderson, soy la directora del colegio de sus hijos. Necesitaría que viniera lo antes posible, por favor.
Me alarme levemente cuando escuché su voz, agria y aburrida como siempre. Aún así, carraspee y le hablé.
—¿Sucedió algo con mis hijos?
—Sucedió algo—susurró irritada—. ¡Claro que sucedió algo! Esos niños armaron una horrible pelea en mis institución a apenas una semanas de iniciar las clases, ¡La inspectora esta aquí! ¡Sino quiere a esos niños fuera de mi institución tendrá que venir ahora mismo!
—Iré ahí inmediatamente.
Estoy seguro de que le gruñí, pero decirlo me hace quedar mal. Estaba seguro de que si seguía hablando con ella mi lado no tan bonito iba a salir.
Lean me miró atentamente y esperó.
—Lleva a Leah a casa. Debo ir por mis hijos. Se ve que están algo brabucones.
Lean río y frenó cuando vio mi cara.
—Okey—murmuró.
Dejo un beso en la frente de mi niña y salgo de ahí, avisándole a mi secretaria que cancele mis reuniones. Evito su mirada de reproche y entró lo más rápido que puedo al ascensor.
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Un Padre, Cinco Hijos
RandomAllen Anderson es un reconocido y prestigioso empresario, acostumbrado a tener una doble vida en donde en una cuida de su hijo y en la otra a su hija. Pero un acontecimiento provoca que Allen deba abandonar ese estilo de vida, cuidando de sus dos p...