CAPÍTULO 40: EnfermoAllen
Yo estaba completamente seguro de algo, el temperamento de mis hijos cuando se enfermaban era de lo peor.
Se fastidiaban con rapidez, no querían jugar con sus hermanos, odiaban que les hablen.
Lo había notado con Dylan, que apenas le pusieron el yeso en su brazo, se comportó con el peor humor que un niño pudiera tener.
Ahora, con Dereck en la cama y su rostro chinchudo y lloroso, lo confirmé.
Acaricié su cabello, corriéndolo de su frente, y le sonreí con suavidad.
-¿No quieres que me quede?
-No-murmuró, acomodándose en su cama y tapándose mejor con las frazadas.
-¿Te duele mucho? Lean te esta preparando un té, no comas nada muy fuerte. Solo cosas livianas, ¿okey?
Mi hijo asintió y cerró los ojos. No había podido dormir desde que se despertó a la madrugada. Y cuando me despertó, antes de que sonará el despertador, opté por volver a acostarlo y que no vaya al colegio.
-Puedo quedarme contigo, no tengo nada importante en el trabajo-mentí suavemente.
-Solo me duele la panza-se quejó-. Y tengo sueño.
Asentí nuevamente, viendo el rostro enfadado de mi hijo. Sonreí suavemente, dándome cuenta de que aquel comportamiento me daba ternura.
-Bien, si quieres que venga, dile al tío que me llame.
Dereck asintió con los ojos cerrados. Dejé un beso en su frente y suspiré.
-Bien, papá te quiere. Intentaré llegar temprano a casa hoy.
Dereck no omitió palabra mientras salía de su habitación.
-Papi, ¿Dereck se siente mal?
Sonreí y tomé su mano. Alec me miró con curiosidad mientras bajábamos las escaleras.
-Si, cariño.
-¿No va a ir al cole?
-No, hoy no.
Alec asintió, apretando mi mano. Bajamos y nos dirigimos hacia la sala, donde el resto de mis hijos me esperaban, ya con sus mochilas y rostros de pocas ganas.
-Dios, huelo las ganas que tienen de ir a estudiar.
Mis hijos, como de costumbre, ignoraron mi buen sentido del humor. Me acerqué a Lean cuando vi a mis hijos salir. Sonreí a medias, al verlo con el cabello despeinado, una taza de café en sus manos y un pijama de dinosaurios.
-A ver rubio, gracias por venir, no puedo quedarme con él hoy.
Lean asintió, soltando un pequeño bostezo y bebiendo más café.
-Da igual, de todos modos no tenía clientes atendamos para hoy-murmuró-, pueden lidiar en la firma sin mi.
Lean se alzó de hombros sin darle importancia.
-Cuidaré bien de él, no te preocupes-murmuró.
Asentí, agradeciéndole nuevamente. Luego salí de casa y me subí al auto, viendo los rostros dormidos de mis pequeños.
-Papi, ¿Dereck tiene que ir con el doctor?-susurró Leah.
-No...
-¡¿Lo van a pinchar?!-chilló Alec. Volví a negar.
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Un Padre, Cinco Hijos
RandomAllen Anderson es un reconocido y prestigioso empresario, acostumbrado a tener una doble vida en donde en una cuida de su hijo y en la otra a su hija. Pero un acontecimiento provoca que Allen deba abandonar ese estilo de vida, cuidando de sus dos p...