CAPÍTULO 44: Almuerzo familiar

1.7K 115 25
                                    

CAPÍTULO 44: Almuerzo familiar

Allen

Yo no odiaba a mi padre. Me había esforzado mucho por hacerlo, y me costaba creer que él era una buena persona, pero era mi papá. Y eso me bastaba para no poder odiarlo, por más tonto que fuera. Sin embargo, aquel día, lo detesté con todo mi corazón.

—¿Almorzar con Andrew?—pregunté con detenimiento— No es una buena idea.

Sin embargo, los mellizos y Alec me miraban con aquellos ojitos, brillando de emoción y en espera de una respuesta positiva.

—Pero dijiste que hoy íbamos a almorzar en familia—murmuró Dylan—¿él abuelo no es familia?

Respiré hondo y desordené mi cabello. Afuera estaban Aarón, Lean y Chris, intentando azar carne sin que todo se saliera de control. Axel también estaba ahí, sin embargo, el prefería estar cómodamente sentado en una reposera mientras los veía batallar.

—No, bueno si—susurré—. Pero me refería a los tíos y a nosotros.

—Siempre almorzamos con los tíos—murmuró Dereck—. Si dices almuerzo en familia es con él abuelo.

—Si, papi, que vengan los abuelos también.

¿A quién llamaba abuelos?

Me estremecí ante la idea de que Alec pensara que Janett era su abuela. Le había explicado que no era así. Aunque mi madre no estuviera, ella era su abuela. Janett era una mujer cruel y mala, no merecía ser llamada de aquel modo por mis hijos. Por otro lado, los padres de Melissa preferían no estar muy presentes en su vida. Le mandaban regalos en fechas importantes y lo llamaban en navidad, por eso él nunca los nombraría en aquella conversación.

—Él abuelo—corregí con suavidad, sin querer ser brusco con mi hijo—, seguramente estará ocupado, no creo que pueda venir.

—¿Y por qué no lo llamas?

Sonreí forzosamente y dejé caer un suave golpecito en la nariz de Dylan. Mi hijo sonrío como un niño pequeño y yo suspiré ante su sonrisa triunfal.

—Si dice que no, no insistiremos.

Respiré hondo antes de tomar mi celular y buscar su contacto. Rodé los ojos antes de escuchar los tonos.

—No me contesta—murmuré al tercer tono.

No era un hombre con paciencia, así que terminé por colgar.

—Lo siento, debe estar ocupado.

Volví a guardar mi celular y sonreí triunfal, como un niño pequeño. Son embargo, mi sonrisa se desvaneció al ver a mis hijos. Era normal que quisieran conocer más de su abuelo. Y aunque Alec era el que más contacto había tenido con él, no dejaban de ser encuentros esporádicos y vagos.

—¡Esta sonando!

Internamente solté un pequeño lamento. Volví a tomar mi celular y suspiré fastidiado antes de aceptar la llamada.

—Es extraño que me llames, ¿ha sucedido algo?

Podría colgar y solo fingir preguntar.

Miré con cuidado a mis tres hijos. Me miraban impacientes y esperanzados. Y supe que no podía mentirles.

Respiré hondo y carraspee con cuidado antes de hablar.

—No es idea mía… ¿te apetece venir a almorzar hoy a casa?

No me gustaba el silencio del otro lado de la línea, y mucho menos las miradas inquisidoras de mis hijos.

—Claro, si estas ocupado…

Un Padre, Cinco HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora