Hey, es medio raro hacer esto, pero este capitulo va dedicado a cada una de las personas espera una actualización de esta historia con paciencia y cariño. Para los que votan y los que comentan. Para los que leen.Capaz no contesto mucho los mensajes y los comentarios, pero muchas veces fueron esos mismos los que me dieron ganas de escribir. Gracias❤️
CAPÍTULO 33: Descuidos
Allen
—¿Es broma? Ni siquiera fue una caída tan alta.
Rodeé los ojos cuando lo vi hablarle a su propio brazo, y acomodé el cuello de su chomba. Era su remera para los días de deporte, pero la directora iba a entender.
—Si, pero todo tu peso cayó sobre tu muñeca, Dylan. Por eso hay que tener cuidado y no jugar como bestias.
Reprimí un bufido cuando me di cuenta de lo que había dicho. Desde el día de ayer, cuando le pusieran el yeso, se había vuelto susceptible a los comentarios.
—Tu serás las bestia—exclamó ofendido.
—Dylan…
Sus pasos se escucharon fuertes y molestos cuando salió de la habitación, sin dejarme decir otra cosa.
—Papi, ¿Crees que Dylan me deje firmarlo?
Sonreí y besé su mejilla. No me resistía nunca a sus cachetes rellenitos.
—No se mi amor, habrá que preguntarle a él… pero no hoy.
Alec asintió, no muy conforme. Iba a decir algo más, pero su vista viajó a la persona que venía por el pasillo.
—Es el otro D.
—No llames a tus hermanos así—susurré—. Se van a enfadar.
Alec, sin embargo, se alzó de hombros.
—Conmigo no.
Sonreí. Que vivo.
—Papá, ¿Puedo no ir al cole? Si convivo mucho con Dylan me va a sacar un ojo.
—Dereck…
—Te va a llamar la directora porque me va a asesinar con un lápiz.
—¿Con un lápiz?—repetí.
—Si. Porque las tijeras tienen las puntas redondeadas. Pero seguro me saca un ojo si le habló.
—Solo esta fastidioso, no lo molestes, eh.
Dereck sonrío inocentemente y negó con cierta suavidad fingida.
Tengo niños demonios.
—¿Crees que quiera almorzar conmigo? Cuando esta enfadado almuerza solo.
Parecía bastante disconforme con aquel comentario, porque torció la boca en un gesto extraño y frunció el ceño. Soltó un bufido antes de volver a hablar.
—Pues mejor, a ver si me estampa la ensalada en la cara.
—Y a ti no te gusta la mayonesa—murmuré, desordenando su cabello.
—A mi tampoco—murmuró Alec, chocando su puño con el de su hermano.
Dereck río y se puso el saco de su uniforme. Sonreí al verlo, era completamente fan de mis hijos con aquellos elegantes uniformes.
—Hey, ¿Por qué me dejan solo con la bestia?
Reí mientras acomodaba el cabello de Chris. El siempre estaba despeinado, mi niño no conocía un peine.
ESTÁS LEYENDO
Un Padre, Cinco Hijos
CasualeAllen Anderson es un reconocido y prestigioso empresario, acostumbrado a tener una doble vida en donde en una cuida de su hijo y en la otra a su hija. Pero un acontecimiento provoca que Allen deba abandonar ese estilo de vida, cuidando de sus dos p...