Cuarentaisiete

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Eran las cinco de la mañana, aún no amanecía, todo estaba oscuro, aunque no tanto gracias a la luz de la luna.

Solía despertarse muy temprano sin querer, mas al parecer no era el único.

Se quedaba viendo al contrario por minutos, aprovechando que éste no se había percatado por tener su mirada sobre la ventana.

Entonces sin previo aviso abrazaba por detrás al de orbes multiformes por puro capricho de tenerlo cerca y sentir la calidez de su cuerpo.

—Ah, me diste un gran susto, Error —Dijo soltando una pequeña risa.

Se mantuvo en silencio y solo apoyó su mentón en el hombro del menor.

Supongo que debió suponer que nada de esto iba a durar por mucho tiempo, está sensación de tener a alguien a tu lado...

Hubiera sido genial saberlo.

/////////////////

Error se preguntaba qué iba hacer exactamente ahora que se había graduado.

Talvez podría conseguir un trabajo para tener algo de experiencia o seguir estudiando aunque para eso necesitaba dinero, el cual no tenía demasiado por cierto.

Por lo menos lo que tenía claro era que se iría a vivir a otro lugar, era una forma de probar que podría cuidarse por si solo y ser independiente.

Estaba pensando en su futuro hasta que notó como Cross subía las escaleras con esa cosa que tiene como hijo en brazos.

Sus amigos vinieron a su casa para ver una película, le pidieron que se uniera mas rechazó la invitación, tenía la mente en otro lado.

—¿Qué haces? —Pregunto acercándose al contrario.

—Ah, Error... —Levantó la mirada al escuchar al mencionado— Es que Incubux se quedó dormido y abajo no estaría muy cómodo con tanto ruido, así que me dijeron que podía usar una habitación para dejarlo ahí.

—Supongo que la habitación de mi mamá puede servir —Comentó y se dio la vuelta esperando que el menor lo siguiera.

—Gracias, no me gustaría que se enfermara, aún sigue haciendo frío.

—Sí, porque luego que tienes gastar mucho dinero para las medicinas, bla, bla... —Una vez delante de la puerta, puso su mano sobre el pomo y lo giró, dejó ver un cuarto limpio y todo ordenado— ¿Te traigo una manta?

—Está bien —Caminó hasta quedar en frente de la cama— ¿Me haces un favor, Error?

—¿Qué cosa? —Cuestionó una vez dejó la manta a un lado.

—Carga a Incubux por su segundo.

—¿Para qué? —La idea de tocar al menor no le agradaba mucho.

—¡Solo hazlo! —Insistió ya cansado— Será solo por un segundo.

—No vayas a echarme la culpa si se llega a despertar.

—Sí, lo que sea.

El contrario le entregó al infante y realmente no esperaba que pesará tanto.

—¿Cuántos años dices que tiene?

—El mes pasado cumplió dos años —Respondió mientras se quitaba su chompa, se la puso a su hijo y lo tuvo por fin de regreso en sus brazos.

—¿No crees que ya está muy grandecito como para que lo sigas tratando como un bebé?

—¿Qué dices? —Dejó al menor en la cama para luego arroparlo con la manta— No te oigo.

—Tch, sé muy bien que lo haces —Se cruzó de brazos y caminó hacia la salida.

—Por cierto, Error, antes de que te vayas...

—¿Ahora qué? —Se detuvo justo en el marco de la puerta.

—¿Sabes algo de Ink?

¿Ink?

¿Quién era ese?

—No ¿Por qué preguntas?

—Olvídalo, quizás no es nada...

Error no dijo nada más y salió de la habitación.

Primero Fresh y ahora Cross, no sabía si debía darle importancia, aunque...

No.

¿Por qué tendría que desechar todo su esfuerzo a la basura por una simple tontería?

Ink ya no era su problema.

/////////////////

Con desgano apartó las sábanas de su cara para poder respirar tranquilo.

Observó el techo por un tiempo y se perdió entre sus pensamientos, los cuales la mayoría en verdad no tenían mucha importancia.

Desvío su mirada hacia la ventana y con su mano apartó levemente las cortinas para ver afuera, por el color del cielo podía deducir que recién estaba amaneciendo.

—Genial... —Murmuró mientras se removía sobre sus suaves y reconfortantes sábanas.

Soltó un gran bostezo para después sentarse y contemplar su entorno, solo consiguió deprimirse más, así que agarró su celular para huir de la realidad, pero los doce mensajes sin leer que tenía no lo ayudaron a despejar su mente para nada.

Decidió levantarse de su cama, aunque ni bien sus pies rozaron el suelo, de inmediato volvió a su refugio de sábanas.

Nada nuevo.

[Una sola respuesta] - ErrorInkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora