Tres

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Esta vez sí iba a entrar a su clase, no habría ningún impedimento ahora. Tomaría puntes para su examen y aprobaría de forma exitosa... 

Si no se olvida de estudiar ya en casa, claro.

Hoy era el día que se concentraría en su vida universitaria, al menos en esta ocasión.

—Uhhmm... —Técnicamente prestaba atención a lo que el profesor decía, bueno, en verdad se perdió en lo que hablaba el señor canoso, pero en serio quería mejorar en su origami— A ver...

Estuvo presente en la clase aunque más sumido estaba en aquel papel que doblaba sin sentido alguno, en el tutorial que vio en la noche se veía menos complicado.

—¿Qué seguía? —Se susurró a sí mismo— No recordaba que esto fuera tan difícil... 

Prestar atención no era mucho lo suyo, él se mantenía encerrado en una burbuja que era su propio mundo.

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Cuando menos se lo esperaba, se encontró solo, completamente solo en aquella aula. No se dio cuenta en que momento se durmió.

Iba a perder semestre, es lo seguro.

Mientras salía al exterior, deseaba en su mente que nadie le haya tomado una foto o algo parecido, despejó esa posibilidad y se concentró en empezar a caminar rumbo a su casa.

El cielo se tornaba anaranjado, y el sol desaparecía sin ningún apuro. El hecho de que pronto anochecería no era mucho de su interés, caminar lo dejaba tan absorto en su mente que todo lo demás desaparecía.

La sensación de tocar una teclas en su mano izquierda lo ponía melancólico, anhelaba regresar al pasado, cuando nadie lo juzgaba y era un simple niño, cuando a su lado estaba...

—Uh... —Se había desviado del camino principal , aunque si lo analizaba con detenimiento, esto podría ser un atajo— No todo es malo.

Una brisa paso por su lado, provocando que su bufanda se moviera un poco, la temperatura bajaba de forma lenta, hacía frío.

—Concéntrate... —Decidió que era mejor ponerse su capucha y apurarse, dejarse de tanto vagar por las calles y en ese parque.

Estuvo a punto de irse del lugar, pero una voz captó su atención.

—Hay un perro por ahí.

¿Un perro?

Inspeccionó por donde iba a irse para ver si era verdad lo que decía el contrario, aunque igualmente ¿Qué importaba? Un perro no iba a detenerlo... Eso pensaba hasta que vio al canino, parecía que podría matar a cualquier persona que se le cruzará en su camino, era color marrón oscuro y creo que era más grande que él mismo.

Por ahí él no iba a pasar, cambió de opinión.

—¿Te asustó?

—No, no... —Con las manos dentro de sus bolsillos se acercó donde el contrario— Tal vez un poquito... digo, no.

—Estás mintiendo.

—Ya te dije que no —Reiteró con cierta vergüenza— ¿Y tú qué haces aquí, también te dio miedo ir por ahí?  

—No —El chico que parecía menor que él, hundió su rostro entre sus piernas al responder— Mi hermano... Estoy esperando a mi hermano.

—¿Tu hermano? —Tomó asiento a su lado— ¿Y cuánto tiempo paso desde que se fue?

—Dos horas, creo.

— Oh... —Qué mal hermano tenía el menor, quiso reír al pensar eso pero no era el momento correcto para aquello— Él va a regresar, seguro que...

[Una sola respuesta] - ErrorInkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora