[Una sola respuesta] - ErrorInk

Diecisiete

Cuando tenía siete años, un día Error trajo un chico de su misma edad a casa.

Yo tenía algo de curiosidad...

Así que me acerque a ellos y todo estuvo relativamente bien.

Error no me dijo que me fuera, aunque tampoco es que le prestará tanta atención a mi presencia, supongo que era porque no estaban solos.

Fue Blueberry la primera persona con la cual pude hablar de forma normal. 

Sin que Error se la pase diciendo que era una mala influencia para mí o que yo tuviera que esforzarme para actuar como un niño normal.

—¿Geno, tú tienes amigos?

—Uhmm, algunos, sabes que no tengo tiempo para eso.

—¿Ah, sí?

—Preguntas eso por Blue ¿No? Creo no estaría mal si fueras su amigo, además a Error le agrada, podría funcionar.

Lo reflexionó por unos días y terminó aceptando que era una buena idea.

Aunque hubo un tiempo en que estuvo algo confundido, pero estaba seguro que era por los comentarios tan desatinados de sus compañeros de clases, ellos hacían que tuviera pensamientos confusos en su mente.

—¿Quieres que te ayude, Fresh?

—Es algo rápido, igualmente lo siento por molestarte.

—No tengo problema ¿Qué número es?

Solo fue una excusa esa vez, solo quería probar algo.

Antes no importaba cuan juntos estaban, si se abrazaban o se tomaban de la mano, después de todo eran gestos inocentes, sin ninguna mala intención de por medio, la diversión era lo destacaba en esos tiempos...

¿Qué cambió exactamente?

¿Quizás en la forma en la que ve a Blue ahora?

¿O era por la repentina incomodidad que se formaba al tener un leve contacto físico con esta?

—Y luego sumas estos dos y ya está, esa es la respuesta ¿Entendiste?

—Sí, gracias.

—Podría ayudarte otro día si quieres, bueno, ya me tengo que ir, nos vemos.

En ese momento sintió un pequeño cosquilleo cuando Blue me sonrió antes de irse, fue raro e interesante.

Quería saber más sobre esa sensación.

Sin embargo, él no podía hacer lo que quisiera, existía un limite...

Además seguro era algo pasajero.

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—Mira, una mariposa —Señaló el pequeño insecto que revoloteaba cerca de ellos.

—Ah, es la primera vez que veo una de cerca.

—Lo mismo digo.

Fresh apoyó su espalda sobre el gran tronco del árbol, gracias a la sombra que este proyectaba podían estar a salvo de los rayos del sol.

—Ink —El mencionado dirigió su mirada hacia su persona— ¿En verdad no tienes nada qué hacer?

—Uhm, pues no, por algo te dije para reunirnos, quiero pasar tiempo contigo —Ocultó levemente su rostro entre sus piernas—¿Te molesta?

—No —Era todo lo contrario en verdad— Está bien.

Se mantuvieron en silencio por unos minutos, los dos no sabían qué decir sin arrepentirse luego, temían decir cualquier tontería que no viniera al caso.

—Fresh, si... tuvieras la oportunidad de pedir lo que sea ¿Qué sería?

—Uh, no entiendo.

—¿Alguna vez has querido algo? —Volteó a ver al menor y se acercó un poco— Y algunas veces es casi imposible tenerlo pero igualmente lo deseas en tus manos o a tu lado, pero si tuvieras la chance de hacer real tu deseo, entonces qué sería...

Dudó en qué responder por unos segundo, pues era la primera vez que veía a Ink con esa expresión.

En cierta parte reflejaba cierta tristeza y al mismo tiempo vergüenza.

Soltó una leve sonrisa y dejó caer su frente sobre el hombro del contrario, sorprendiendo a este de paso, cerró sus cuencas mientras se perdía en el aroma del mayor.

Ink no estaba seguro de cómo actuar, solo rogaba que el contrario no se diera cuenta de su notable sonrojo, debió haberse puesto su bufanda al salir de casa.

Ese día Fresh solo actuó por impulso y estrechó al más bajo entre sus brazos.

Deseaba nunca soltarlo, sentía calidez estando tan cerca de él y aquello solo provocaba que su alma estuviera afligida.

Continuaba pensando que tan raro podía ser este sentimiento, era tan impredecible y peculiar.

—Pediría estar contigo siempre... —Susurró lo más bajo para que el contrario no lo escuchará.

—¿Eh, d-dijiste algo? —Pregunto mientras trataba de corresponder el abrazo, sus manos estaban temblando y no podía respirar con normalidad.

—Nada, olvídalo.

Solo anhelaba estar así un poco más...