CAPÍTULO 48

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__:Nunca he bailado en un restaurant -tomó su mano y se levantó-
C:Tampoco yo, -la tomó de la cintura- creo que aquí no se puede bailar pero hay música así que... -sonrió y ella puso sus manos en su cuello-

Ambos empezaron a moverse de una manera muy delicada y suave mientras la mirada de todos estaba en ellos, algunos los veían con confusión, otros con desaprobación pero la mayoría los miraban con una sonrisa.

Ella puso su cabeza en el pecho de Christopher y él apoyó su mentón en la cabeza de __.
La suave y lenta canción que estaban tocado había acabado y ambos se separaron un poco.
Él tomó una de sus manos y dejó un beso.

C:Gracias por bailar conmigo -sonrió-
__:Fue un placer -sonrió-
C:Vámonos de aquí -se acercó a su rostro- quiero estar a solas... contigo -besó sus labios-

Se separaron y se dieron cuenta que la mayoría de la gente los aplaudía, al momento en el que sonó de nuevo la música, mucha gente se levantó a bailar.
Ambos soltaron varias carcajadas y antes de salir de ahí, le pagaron al mesero que los atendió.
Al llegar a la puerta se dieron cuenta que estaba lloviendo y él se detuvo.

C:Quédate aquí, traeré el auto -se sacó la chaqueta y se la dio-

Ella esperó unos minutos y vio el auto. Avanzó un poco y entró.
Él seguía conduciendo tratando de ignorar el frío pero su camisa estaba completamente mojada y aunque ella le dijo varias veces que se la quite y se ponga la chaqueta, él no aceptó.
Por fin llegaron al departamento y entraron.

__:Christopher, quítate eso.
C:Tranquila, tu ve a cambiarte -desabrochó algunos botones de su camisa y caminó hasta su cuarto-

Ella fue a su habitación, quitó la chaqueta de Christopher de su espalda y quitó sus tacones.
Él había terminado de cambiarse y fue a la habitación de __.
La vio tratando de bajar el cierre y soltó una pequeña risa al ver que no podía.

__:¿Me ayudas?

Ella le dio la espalda y él se acercó a ella. Sus dedos tocaron la parte descubierta de su espalda y su piel se erizó al sentir lo fríos que estaban.
Él bajó lentamente el cierre hasta que el vestido cayó al piso y la dejó solo con una prenda en su cuerpo (el vestido era sin tirantes y no necesitaba brasier).
Él pasó sus frías manos por su espalda y ella soltó un jadeo.

C:Te espero en mi habitación -susurró y besó su hombro- hermosa.

MÍA || CHRISTOPHER VÉLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora