CAPÍTULO 67

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Él mordió su labio y se separaron lentamente.

C:Vamos a mi habitación -puso sus manos en su cintura-
__:Cárgame -sonrió-

Él soltó una risa, ella se quitó de su torso y él se levantó. La cargó con una de sus manos en su espalda  y la otra en sus piernas, ella puso sus brazos al rededor de su cuello y apoyó su cabeza en su pecho.
Él caminó hasta su habitación, la recostó sobre la cama y se alejó un poco de ella.

C:Estas... -tomó las rosas que había dejado- son para ti y... estos -tomó los chocolates -también eran para ti pero me comí casi todos -ella rió- lo siento pero cuando me frustro me da más hambre de lo normal.

Ella sonrió y se acercó a él.

__:Te amo -sonrió y tomó las rosas y la caja de chocolates- gracias.

Él se acercó a ella y dejó un beso en sus labios.

__:Yo... iré a tomar una ducha y antes de que preguntes, yo puedo sola -sonrió, puso las rosas y los chocolates en la cama y él rió-
C:No te iba preguntar nada.
__:¿A si?
C:Para entrar contigo no necesito preguntarte -sonrió y la tomó de la cintura-
__:Bueno ya, pero de una vez te digo que no tendrás sexo hasta que Andrés se vaya -sonrió-
C:¿Quién es Andrés? -su rostro se tornó a serio, la soltó y ella rió-
__:Cálmate, Andrés es.... el que viene cada mes -él sonrió-
C:Pudiste haberme dicho eso -ella sonrió y él la volvió a tomar de la cintura- y aunque quiera hacerlo, esperaré a que Andrés se vaya -ella rió- además... aún tienes tu boquita -se acercó a su rostro, mordió el labio de __ y ella rodó los ojos para después sonreir-
__:Iré a la ducha.
C:En un segundo te alcanzo -la soltó-

Ella caminó hasta el baño y él esperó unos minutos afuera, él sabía que a ella la incomodaba cuando la veía desvestirse mientras estaba con la regla y aunque para él era normal y no le incomodaba o le causaba asco como a muchos hombres, prefería que ella se sienta bien.
Cuando escuchó la llave de agua abrirse, entró al baño y quitó su ropa.
Entró con ella, la tomó de la cintura y la atrajo a su cuerpo.

C:Tu sabes que me gustas de todas las maneras posibles, pero... cuando el agua recorre tu hermoso cuerpo, tu suave y bonito cabello y tu preciosa carita, yo... simplemente... me derrito.

MÍA || CHRISTOPHER VÉLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora