IV

677 72 9
                                    

IV: Se dieron cuenta.

El príncipe no deja de mirarla, incrédulo y con un poco de disimulo, pero no le quita los ojos de encima a Eris.

Aunque ella no es que tampoco lo haga.

Los padres de la castaña se dan cuenta de como el heredero observa a su hija. Cómo si de un diamante sumamente delicado se tratáse. Cuando por fin está frente a ellos, reacciona.

—Disculpad mi ausencia, lamento no poder estar aquí para su llegada. Es un placer acogerlos en el castillo, espero que se sientan como en casa.

Mi familia no tardó en hacer reverencia -me incluyo- ante su llegada.

Mi padre se fué por presentar a todos para el príncipe guardando el mayor respeto posible. Pero cuando iba a hacerlo conmigo, éste lo detuvo y sus ojos se encontraron con los míos.

—¿Nos habíamos visto ántes? —pregunta confundido.

—No lo creo alteza, de lo contrario lo habría recordado. —respondl tratando de guardar mi compostura.

—Juraría que te había visto en algún lado. —entrecierra los ojos.

—Seguramente escuchaste hablar de la señorita, ella es Eris Shallow; duquesa de Cambridge. —es la reina quien me presenta y por una fracción de segundo, me sentí demasiado importante al ser tema de conversación entre dos monarcas.

—Eris. —pronuncia al tomar mi mano y besar la parte de mis nudillos así como anteriormente lo había hecho con mi madre y hermana.

Soy yo alucinando o creo que quería decir algo más pero se quedó callado.

⚔⚜⚔

La noche ha caído y con ella mis energías. Éste jardín es de ensueño y las gerberas amarillas se ven preciosas a la luz de la luna. Al parecer, mis padres tienen buenos temas de conversación con el rey. Quién por cierto pudo levantarse para convivir un rato. La cara de el príncipe y su progenitora fué más de incredulidad que de felicidad al verlo caminar junto a el tal Dimitri.

Respiro el frío aire cerrando los ojos y cruzandome de brazos mientras observo las flores y decifrando su nombre.

—Son Gerberas, diosa de la discordia. —me sobresalto al escuchar la voz del príncipe a mi lado.

—¿Perdón?

—Nada, yo me entiendo. —asiento.

—¿Eris? —escucho a mis espaldas. Tanto el príncipe como yo, volteamos al mismo tiempo y es cuando veo la silueta delgada de Neferet. —Alteza... —hace una reverencia.

—Neferet. —puede que haya sonreído al volverla a ver. En otros casos hubiera corrido a abrazarla pero ahora estábamos frente a la máxima autoridad y que falta de respeto sería esa.

—Nos vemos luego. —se despide.

—Pase buenas noches alteza. —asiente para así después marcharse.

—¡Te extrañé mucho! —siento los brazos de la rubia rodear mi cuello así que le correspondo de inmediato.

—También yo.

 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora