XXV

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XXV: Schuldig.

—¿Estarás molesta todo el tiempo? Por qué puedo soportar que no me hables o también podemos hacerlo otra vez y hacer como que nada sucedió.

—No voy a acostarme contigo.

—Sabes que quieres. —dice burlesco.

—Vé y pídeselo a Emma mejor. —levanto las sábanas y el edredón una vez vestida con un pijama de satín negro. —Estoy cansada.

Cuando intenté meterme entre la fría cama, sentí el cuerpo del Rey avalanzarse sobre el mío dejándome así debajo del suyo. Mis muñecas las pega a cada lado de la cama lo más alejadas posible dejándome completamente inmóvil. Aunque trate de safarme, será inútil. Tiene mucha más fuerza que yo.

—Suéltame. —continúo diciendo y al estar tan cerca de mi rostro, persibo un leve olor a alcohol en su aliento combinado con lo que supongo es menta y el clásico perfume que usa.

—Estás celosa. —río amargamente.

—Eso quisieras, Niall, suéltame.

—¿Sabes? Me encantan tus celos. Tú me encantas. —¿Por qué me está diciendo éstas cosas?

»Es el alcohol.

El rey jamás me diría algo así estando completamente sobrio.

—En serio, ya suéltame... —siento sus labios reposar sobre los míos, comenzando a besarlos con lentitud. Al principio intento separarlo poniéndo mis manos sobre su pecho pero conforme pasan los segundos, mi boca se acostumbra y se deja llevar siguiendo dicho beso.

—¿O sino qué? —susurra sobre mis labios casi sin aliento.

Mantente firme Eris, firmeza. —¿Te molesta que esté todo el tiempo con Emma o te molesta que haya ignorado el día entero? O de plano estás celosa. Dime qué es lo que quieres diosa, que yo mismo te lo concederé.

—No quiero que estés cerca de esa perra. —sentencio a lo que Niall simplemente sonríe luciendo victorioso.

—Tus deseos son órdenes para mí. —y procede a besarme de nuevo mientras mete una de sus manos bajo mi blusa acariciando mi piel la cuál se eriza de inmediato al sentir ese ligero toque. —Dein Mund ist meine Lieblingshölle, Eris. — Puedo sentir el deseo en sus labios, tiene aquello que con tan sólo tocarme hace que mi cuerpo desfallezco, mi alma se derrita y mi entrepierna humedezca.  —Gott, du könntest das Epizentrum so vieler Kriege sein.

Y es que si de algo estaba segura es de que yo siempre terminaría regresando a él.

No podría negarme aunque se lo exigiera a mi cuerpo.

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Otro día más en el palacio de Buckingham, Niall no había vuelto a hablar con Emma tal y como se lo prometió a Eris la noche del día anterior. Aunque no era como que le importará demasiado, tenía otras cosas en las que si debía preocuparse.

La coronación por más adelantada que fuera, ya tenía fecha.

Ésta noticia le llegó como una tormenta al duque de Suecia. Después de aquello, una nueva carta arribó los pensamientos del Rey. Próximo a ser coronado, Niall ya planeaba lo que podría llegar a ser el cambio para Inglaterra. Sabía en lo que se estaba metiendo, por supuesto no temía de ello; re reía de cada estupidez ocurrente por aquel individuo.

Tenían bastante humor para el rey las cartas que se le eran enviadas.

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 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora