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X: Der Buchstabe.

22 años atrás...

El rey sonreía con victoria, al fin la justicia había llegado a sus manos. Después de tantos años de traición, había acabado con el bastardo.

—Entre familias nos entendemos...padre. —escuoe con rencor al cuerpo sin vida de su progenitor antes de dar la señal y así exterminar sus restos con gasolina y fuego. Las grandes llamas ardían mientras el rey caminaba sin cuidado lejos de la traición.

Sube a su vehículo y sin más, dan marcha directo al castillo.

Corrían muchas leyendas acerca de aquel hombre misterioso. La máxima autoridad. Era él quien imponía las reglas. Si bien algo era intachable en el rey, era que daría lo que fuera por su familia. Y la mayor prueba de amor que la reina le había brindado, eran sus dos pequeños hijos. Sus príncipes.

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Enrique, observaba con devoción a su recién nacido primogénito. Todos creían que gracias a la gran depresión en la que se veía sumida la reina, Inglaterra se quedaría sin herederos. Pero al pasar el tiempo, la gran noticia corría por todos lados como el viento. Un nuevo príncipe había llenado de felicidad al reino después de aquel desgarrador 4 de julio.

Actualidad

—Alteza, disculpe la molestia pero ha llegado ésto para usted. —Dimitri llama la atención de todos en la mesa durante el almuerzo. Muestra una carta con el cello de la corona. Se la tiende al heredero quien no se molesta en abrirla ahí mismo. Cuando la lee, su ceño se frunce mostrando enfado en éste. Inmediatamente el príncipe se levanta de su lugar disculpándose no sin antes compartir miradas con su madre.

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Arrugo el papel con mis propias manos, estuve apunto de romperlo. Entonces decidí tranquilizarme y tratar de reponerlo aunque haya quedado con arrugas. Río sin gracia recordando las palabras escritas con tinta, es un imbécil.

—¡Dimitri! —el mencionado hace presencia ante mi haciendo una reverencia. —Necesito que traigas al doctor. Quisiera charlar con él un rato.

—Así será alteza, iré a buscarlo. Con su permiso. —nuevamente realiza la acción y sale por la puerta. Decido servirme un Whisky para bajarme las ganas de ir hasta Alemania y enterrarle una daga en la garganta.

Que mejor sensación que acabar con el bastardo.

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—Kalani, basta. Zerena tiene razón. Neferet es la preferida de su alteza, pero no como para entregarle el mundo entero ¿Sabes?

—Sólo estás celosa Kaytlin. —Kalani se levanta del pequeño sofá para dirigirse hasta las escaleras —Es una pena que no estés en el balcón de las preferidas. —y sube sin decir nada más. Kaytlin estuvo apunto de responder cuando la voz de un guardia resuena por toda la gran habitación.

—¡Atención, su majestad la reina Isabela!

—Os ponéis de pié. —habla ésta misma con voz firme mientras que las concubinas hacen reverencia con la mirada gacha en forma de respeto. —Presten mucha atención, mañana comienzan los preparativos para el segundo baile de la estación. Celebrando el cumpleaños del Rey. Ustedes serán las encargadas de atender debidamente a los invitados, otras laborarán en la cocina mientras obedecen a sus organizadoras. Si no lo habéis notado, me acompañan dos personas muy importantes e influyentes en las familias parte de la realeza en nuestra nación. Eris Shallow y Bárbara Lewis, ambas duquesas. No espero menos de ustedes señoritas, así que tratartenlas por lo que son y con el debido respeto que se merecen. ¿Habéis entendido? —y todas responden con un asentimiento de cabeza. —El príncipe hará las elecciones a nuevas favoritas mañana, más vale que se porten bien o se quedarán como simples concubinas durante otro largo año. —Por alguna extraña razón, Eris sentía que la reina podía llegar a ser igual de manipuladora que su hijo. Pero en una versión femenina y más cordial. Sin duda eran idénticos.

 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora