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L: The perfect Storm.

La humanización y la sociedad, la política y la corrupción, la vida y la muerte.

Tuve una estupenda profesora en mi primer año de preparatoria, parecía invensible. Pero un día, fué necesario extirparle la vesícula

La cirugía la mató.

Sus plaquetas dejaron de coagular, se desangró en el quirófano, y todo lo que podía haber salido mal; salió mal.

Los escépticos tenemos un nombre para eso.

Lo llamamos: Una tormenta perfecta.

Es curioso, nunca pensé que me pasaría a mi.

El frío, una oleada de aire helado  inunda mi cuerpo entero.

Logro poner mis manos sobre la herida, no siento el dolor, no siento nada. Tal vez mi cuerpo a entrado en una especie de shock, suele pasar.

Nuevamente, los ruidos se escuchan como interminables pitidos que no le dá tregua a mis oídos.

Estoy repleta de sangre.

Y no deja de brotar, no cesa.

Es como estar debajo del agua, escuchas poco y tus oídos se han tapado gracias a la fricción que ésta ejerce. La primera voz que reconozco es la de Niall, muy lejana, también escucho gritos de mujer, desesperados. Gritos de hombres también.

Cómo si estuviese viviendo una de esas dramáticas películas en las que el o la protagonista se desangra de un tiro y todos lloran a su alrededor, todos gritan, pidiendo auxilio, pidiendo ayuda.

El herido tan sólo escucha una triste canción de fondo pues recapacita sobre todos sus actos en vida sabiendo que tendía de el hilo de la muerte.

Yo también la escucho.

Supongo que el sueño que tenía de pequeña en aparecer en una película dramática de aquellas, se me ha vuelto realidad.

El hombre está huyendo, pero no tarda mucho haciéndolo pues los guardias y Dimitri ya lo tienen tendido en el sueño cual cucaracha.

—...mírame, aquí conmigo, amor no dejes de mirarme... —la voz de Niall se hace más audible para mí, tiene su mano puesta sobre la mía con la cuál estoy tocandome la herida.

El aturdimiento se va y por fin escucho todo con claridad. Mi respiración y mi corazón bombean con fuerza, así como también el dolor se hace presente en la zona. Entonces me quejo por ello.

¿Cómo se siente un disparo? Es como una patada. Sientes el golpe. El calor del impacto te quema. Te rompe los tejidos, te abre la carne. Duele.

Y la sangre continuaba saliéndome a chorros, mi ropa, mis piernas, mis manos, mis brazo, inclusive mi rostro; estaba cubierto de sangre. Puesto a las manos de Niall también lo estaban, intentaba mantenerme despierta tocando mis mejillas. Le escuché gritar, que llamasen a una ambulancia, todos se movilizaron y mi cuerpo se sentía cada vez más débil. Era como si el cansancio y el sueño que antes no tenía, se apoderan de mi. Me costaba respirar, demasiado. Sentía que pronto me desmayaría pero temía que si una vez cerraba los ojos, nunca más pudiese abrirlos de nuevo.

Ha sostenido mi cuerpo todo el tiempo y no deja de hacerte presión en la herida, duele y arde como el infierno.

—Mierda Eris, ¡¿Por qué hiciste eso?! —le escucho sollozar.

 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora